El Movimiento Vecinal surge a finales de los sesenta con el anhelo de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía desde dos perspectivas: por un lado, la urbanística que deriva de unos años de fuertes migraciones del campo a la ciudad con una fuerte especulación que crea unos barrios deplorables en condiciones de vida y por otro lado la reclamación de libertades en un contexto de régimen franquista dictatorial junto a otras entidades y movimientos.

Se podría deducir que dada la existencia actual de instituciones democráticas (especialmente ayuntamientos democráticos) hay razones suficientes para que el Movimiento Vecinal dejara de existir, los dos anhelos fundacionales deberían estar cubiertos. «Y sin embargo sigue moviéndose» como diría Galileo. Así lo demuestran las 300 asociaciones vecinales (unas 100.000 personas) encuadradas en CAVE-COVA o las 3000 asociaciones de CEAV (1.000.000 de personas).

¿Cuál es la razón de que esto sea así? La primera reflexión proviene de la esencia de su fundación no son sólo de la necesidad de mejoras urbanísticas y la pelea por la libertad, estos dos ejes se resumían y se resumen hoy en la insistencia en la mejora genérica de la calidad de vida ciudadana. Esta es la cuestión central que justifica la existencia del Movimiento Vecinal ayer y hoy y de sus características actuales. Siendo obvio que el concepto de calidad de vida de cubrir necesidades primarias o básicas ha evolucionado a otras que genera el propio desarrollo social y económico de estos años.

Hoy nos presentamos como un cauce de participación ciudadana democrático y estructurado que se ocupa de forma transversal de asuntos variados que preocupan a la ciudadanía, desde la sanidad a la educación, desde la movilidad al ocio, desde el urbanismo a la libertad de expresión, desde el consumo al feminismo, desde las infraestructuras al medio ambiente€ Todo enmarcado en tres ideas esenciales indisolublemente unidas: avanzar en la cohesión social en un marco de desarrollo sostenible y de participación. A regañadientes los ayuntamientos aceptan nuestra existencia dependiendo de la sensibilidad participativa de quien manda o lo que es peor valorando de forma especulativa «si son de los nuestros o de la oposición política» , forzados sin duda alguna por las elecciones municipales y sus inseguridades electorales.

Donde ya no hay dudas es a nivel autonómico y estatal. Estamos bien considerados en las estructuras consultivas y participativas, se nos considera importantes para estar en ellas ya que nuestras opiniones independientes y de defensa de la ciudadanía en sí mismas tienen un valor referencial indudable, para hacernos fotos también. Hemos sido capaces de despertar a la sociedad valenciana respecto al Corredor Cantábrico-Mediterráneo, hemos contribuido decisivamente en los cambios estratégicos que se proponen en la Atención Primaria, trabajamos contra la violencia de género, por el lenguaje inclusivo, estamos en varios Consejos Participativos, (de Participación, CEVEX, de Seguridad, de Medio Ambiente€ estos son unos cuantos ejemplos de que nuestra entidad no solo trabaja por proyectos, nuestras necesidades de desarrollo en toda la Comunidad incluyen gran cantidad de reuniones de tipo organizativo y estructural de norte a sur, desde Vinaroz a Orihuela, que no pueden estar sujetas al «pinto pinto gorgorito» de una ayuda anual. Del lado institucional, por el contrario, cuando toca colaborar desde las instituciones para mantener una estructura mínima que soporte al 100% de personas voluntarias que trabajamos en el Movimiento Vecinal todo son dificultades, medias verdades o mentiras directamente.

Hoy el Santa Santorum es trabajar por proyectos anuales valorados según los parámetros oficiales de forma objetiva, sin privilegios, es lo justo, en «concurrencia competitiva». Es el caso de las ayudas en la Conselleria de Participación, organizaciones de todo tipo que no tienen nada que ver unas con otras de sectores distintos, que unas están subvencionadas por diferentes Consellerías y otras no, que unas manejan presupuestos millonarios y otras no, que unas firman convenios con recursos y otras no les dejan firmar convenios (horror CAVE-COVA tiene prohibido firmar convenios con la administración mientras otros gozan de ese privilegio), con ámbitos territoriales locales o autonómicos: un auténtico batiburrillo (desde Boy Scouts a Amigos del Cerezo tal como suena), compitiendo entre ellas alegremente de forma deportiva y radicalmente liberal y olé. Todos tiene derecho pero es falso que tengan igualdad de oportunidades. Las hay incluso muy profesionalizadas convertidas en perfectos y profesionalizados «caza recompensas»€ Por otro lado, las ayudas si se conceden, llegan un año tarde con lo cual cada organización tiene que hacer el desembolso propio vía préstamos o pólizas de crédito o lo que sea, sin la seguridad de que se obtenga la ayuda para el dinero que ya se ha gastado, sencillamente porque avisan, si se consigue la ayuda o no en el «sexto mes del año» y si no hay buenas noticias pues te aguantas.

Desde la perspectiva de CAVE-COVA esto no es forma de fomentar el asociacionismo, al menos el vecinal, nuestra organización necesita recursos directos y estables para poder planificar la coordinación del movimiento vecinal en Castellón, Valencia y Alicante, de la misma forma que otras organizaciones sociales, como consumidores, sindicatos, organizaciones profesionales, empresariales,€ No se fomenta la participación estable a medio y largo plazo con proyectos subvencionables anuales.

Y lo curioso es que existe normativa que lo permitiría por ejemplo esto dice la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Asociación en su capítulo VI artículo 31 Medidas de fomento:

1. Las Administraciones públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias, promoverán y facilitarán el desarrollo de las asociaciones y federaciones, confederaciones y uniones que persigan finalidades de interés general, respetando siempre la libertad y autonomía frente a los poderes públicos. Asimismo, las Administraciones públicas ofrecerán la colaboración necesaria a las personas que pretendan emprender cualquier proyecto asociativo.€5. Las Administraciones públicas, en el ámbito de sus competencias, podrán establecer con las asociaciones que persigan objetivos de interés general, convenios de colaboración en programas de interés social.

Dicho de otro modo, si CAVE-COVA no tiene ayudas de la Generalitat para seguir trabajando de forma independiente es porque no hay voluntad política de que esto sea así. Por alguna razón, desde la Generalitat Valenciana no se quiere que desarrollemos todas nuestras capacidades, me resisto a creer que se tiene miedo a sus potencialidades, más bien me parece falta de rigor, indiferencia y de objetivos en lo que significa la participación general de la ciudadanía en los asuntos públicos.

Aún así tenemos la esperanza de que el nuevo equipo de la Conselleria esté abierto a discutir el caso del Movimiento Vecinal como algo particular y diferente a otras entidades. Representa la esencia de la participación ciudadana y es en si mismo un cauce participativo de primer orden en el nivel local, autonómico y estatal.

No estaría mal empezar a reconocerlo y emprender un nuevo camino.