La fusión del casquete glaciar ha sido récord en julio pasado. La fusión del hielo de Groenlandia ha provocado una aportación de agua dulce y fresca en el Atlántico Norte. En los mapas térmicos del océano Atlántico se ha observado en el SE de Groenlandia una masa de agua más fresca de lo normal este verano. Según varios climatólogos la aparición de esta masa de aire fresco puede ser la causa de que los próximos inviernos sean más frescos de lo normal. Así, el agua fresca haría más lenta la Circulación Meridional del Agua de Retorno (AMOC), según una publicación reciente en la revista Nature. Esta circulación está compuesta de dos partes, es una corriente de agua cálida y salada en superficie que se dirige hacia el norte en superficie, formando parte de la Corriente en Golfo, y cuando llega a latitudes polares se hunde y se dirige hacia el sur en las capas profundas del océano. La paralización de esta circulación provocaría la circulación atmosférica más meridiana en Europa Occidental, con más advecciones de aire frío. Los inviernos serían más fríos por esta causa. Así en este trabajo hay climatólogos como Alexy Fedorov que afirman que este patrón de circulación de agua está relacionado con la cantidad de hielo en el Ártico en un ciclo de 10 años y que la cantidad de hielo en el Ártico puede influir claramente en la velocidad de la AMOC a medio plazo, mientras que en cambio a corto plazo los cambios en el Atlántico subpolar tienen más influencia en esta corriente marina. Si en los próximos 20 años continúa la fusión de hielo del Ártico, como prevén los modelos climáticos, se podría ralentizar mucho la velocidad del AMOC, hasta un 30% o un 40%, lo que produciría cambios importantes en la circulación general atmosférica como los descritos anteriormente.