El gobierno valenciano acaba de poner en marcha un proceso para diseñar la que será la Estrategia Valenciana de Migraciones, un instrumento que pretende dar respuesta a los urgentes desafíos a los que se enfrenta nuestra Comunitat en el campo de la acogida y la inclusión de las personas migrantes y de la gestión de la convivencia en la diversidad, tal y como señaló la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas Mónica Oltra en la jornada de presentación oficial que tuvo lugar la semana pasada. Se trata de una iniciativa necesaria en un territorio en el que el 17% de sus habitantes nacieron en el extranjero (según datos del padrón a 1 de enero de 2019) y en el que la multiculturalidad es un hecho incontestable que requiere ser gestionado responsablemente para garantizar la buena convivencia y la cohesión social.

En el informe que se toma como base para el proceso participativo de diseño de esta Estrategia, que elaboramos desde el Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de València y que se encuentra disponible en nuestra página web, se deja constancia de cómo la desigualdad afecta

especialmente a la población inmigrante de origen extracomunitario y, particularmente, a aquella que se encuentra en situación administrativa irregular, y de cómo estas variables se cruzan con otras, como el género, la clase, el origen étnico o la confesión religiosa, generando un espacio propicio para la discriminación múltiple que afecta gravemente a la garantía de los derechos de las personas migradas y a su bienestar social.

No puede perderse de vista que siguen llegando personas migrantes a nuestra Comunitat (en 2019 se ha incrementado en 45.041 el número de personas de origen extranjero respecto a 2018, según la estadística del padrón continuo del INE) y que se está elevando significativamente la cifra de solicitantes de protección internacional (4.329 personas en 2018, según la Oficina de Asilo y Refugio, frente a las 2.324 de 2017). La buena acogida de estas personas se torna fundamental para asentar los cimientos de ese proceso de inclusión que es imposible alcanzar si no se garantiza la igualdad de trato, la no discriminación y el acceso a unas condiciones de vida dignas para ellas y para las miles de personas que ya se encuentran asentadas en nuestro territorio desde hace años.

En nuestro informe hemos señalado también que, en la Comunitat Valenciana, la interacción social es escasa entre personas con adscripciones culturales diferenciadas y que, a pesar de la ausencia de conflictividad aparente, existen tensiones importantes (latentes o manifiestas) relacionadas con las mutuas percepciones de rechazo, la violencia del racismo, la creciente lógica de separación entre «nosotros» y «ellos» y la identificación de las personas migrantes como una amenaza social en diversos órdenes. La ausencia de intercambios y de diálogo, en un contexto de intoxicación interesada por parte de determinadas fuerzas políticas y mediáticas, es una puerta abierta a la instalación de estereotipos y prejuicios negativos que disminuyen nuestra capacidad para convivir en paz y nos impiden explotar las oportunidades que la diversidad nos ofrece para construir un futuro mejor para todas y todos.

En este contexto, hemos formulado 50 propuestas específicas para una política renovada de inmigración e inclusión que gire en torno al objetivo fundamental de alcanzar la plena incorporación de la población inmigrante en la Comunitat Valenciana, garantizando la igualdad de derechos y la no discriminación y generando las condiciones necesarias para hacer posible el diálogo y la convivencia intercultural desde un enfoque de derechos humanos. Estas medidas incluyen, entre otras, la garantía de acceso, en igualdad de derechos, a unos servicios públicos que deben adaptarse mejor a las diversidades que caracterizan a sus usuarios y usuarias, el establecimiento de instrumentos para fomentar la participación de las personas migradas y de las entidades de la sociedad civil en el diseño y desarrollo de las políticas de integración, el fomento de la mediación comunitaria intercultural, la apuesta por la investigación en materia de migraciones y diversidad y la lucha firme contra el racismo y la xenofobia en sus diversas manifestaciones.

La Estrategia Valenciana de Migraciones puede y debe ser el instrumento que articule una respuesta integral a este fenómeno complejo y que defina la estrategia política a seguir en los próximos años y las medidas a adoptar para hacerla efectiva, contribuyendo a la vertebración de nuestra sociedad diversa y plural. El hecho de que su diseño se haya abierto a la sociedad civil, a través de un proceso participativo que se iniciará la semana próxima, posibilitará que responda mejor a las necesidades reales de la población. Se abre así una oportunidad que debería aprovecharse al máximo para dar un impulso real a las políticas relacionadas con la inmigración y la inclusión en la diversidad haciendo posible que nuestra Comunitat avance decididamente hacia ese modelo de convivencia intercultural que necesitamos construir con urgencia para neutralizar el virus del racismo y el odio que algunos se han empeñado en extender entre nosotros.