En la Tierra habitamos 7.700 millones de personas, con 3.800 millones de teléfonos móviles; China, país donde se inicia la pandemia Covid-19, dispone del 25 % de todos ellos. El teléfono móvil acompaña constantemente el desarrollo de nuestra vida, en la familia, trabajo, ocio, calle, deporte, aseo, transporte€ el artilugio es el mejor aliado, y también un vector pasivo de transmisión de microorganismos.

Recientemente, en «Journal of Hospital Infection» (2020) se publica un estudio de la University of South Wales (Reino Unido), que realiza un análisis del microbioma en los teléfonos móviles de 250 sanitarios y los compara con los teléfonos de 190 controles; en este caso pertenecen a personas que no trabajan en entornos hospitalarios, y que tres meses antes de su participación en el estudio no habían visitado un hospital. El resultado fue sorprendente, el 99 % del personal sanitario tenía contaminado su teléfono con patógenos potenciales. Entre ellos, Staphylococcus aureus resistente a Meticilina (antibiótico), y Enterococcus, resistente a Vancomicina (bactericida). Los teléfonos del grupo control también estaban contaminados.

A esta «microfauna telefónica» hay que sumarles también la presencia de hongos microscópicos. En la «Medical University of Bialystok» (Polonia) encontraron que las manos y el teléfono móvil del personal de su hospital (el 75%) estaba colonizado por hongos (BMC Infectious Diseases, 2016), como Candida glabrata, Candida albicans y Candida krusei; este último patógeno nosocomial (o intrahospitalario) que se ceba en pacientes con un sistema inmunitario deficiente. Además, existen desde 2006 otros muchos ejemplos que confirman al teléfono móvil como vehículo pasivo en la contaminación bacteriana o fúngica.

Sin embargo, poca información existe sobre si los teléfonos móviles están contaminados por virus ARN, de los que originan epidemias. En una de ellas, investigadores de la Universidad de Lyon y del Hospital Saint-Étienne (Francia), indican en la revista «Clinical Microbiology and Infection» (2016) que han encontrado sobre el 38 % de los teléfonos móviles del personal sanitario, especialmente en unidades de pediatría, virus ARN, fundamentalmente rotavirus. La infección con rotavirus origina vómitos, diarreas, fiebre y dolor abdominal, se transmiten por vía fecal-oral, y también a través del contacto directo entre personas. Según el CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, EE. UU) este tipo de virus son estables en el medio ambiente, por lo que la transmisión puede ocurrir mediante el contacto con superficies u objetos contaminados, y mediante la ingestión de agua o alimentos que contengan rotavirus.

Otro tipo de virus ARN «agazapados» en los teléfonos móviles del personal sanitario son los metapneumovirus que pueden provocar enfermedad grave, especialmente en niños, y que ocasiona del 6-14% de los ingresos por infección de las vías respiratorias. Este virus, descubierto en Holanda en 2001, comparte características genéticas, clínicas y epidemiológicas con el virus respiratorio sincitial (VRS), frecuente en niños y ocupando los teléfonos móviles. El virus respiratorio sincitial es responsable, en niños de menos de 5 años, de más de 50.000 hospitalizaciones anuales en los EE. UU. Además, este virus puede provocar infección grave en adultos que sobrellevaban enfermedades cardíacas, pulmonares o un débil sistema inmunitario.

También en 2016 investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud (Universidad Ben-Gurion, Israel), encuentran en los teléfonos móviles del personal sanitario de la UCI pediátrica, además del VRS, adenovirus (infecta a niños y adultos con una letalidad cercana al 20%) y virus Influenza (gripe). Los resultados publicados en «Infectious Disease» concluyen que el 10% de los teléfonos móviles están contaminados con patógenos virales. Entre el personal de la unidad solo el 13 % indica que desinfecta regularmente su teléfono.

Todos estos virus ARN, que producen infecciones respiratorias, se trasladan por el aire en el interior de gotitas cuando el enfermo tose, estornuda, o habla. El contagio es posible al inhalarlas directamente, o contagiarse por medio de un objeto (como los teléfonos) donde aterrizan estas microgotas, y luego mediante la mano contaminada los virus se pueden transferir a los ojos, nariz o boca. Algunos de estos virus pueden durar, con capacidad de infección, semanas en el ambiente.

Además de la higiene de las manos, y otras muchas «obligatorias», se debe promocionar la limpieza de los teléfonos móviles que se utilizan en el ambiente hospitalario, y especialmente en estos tiempos de pandemia, no solo por las bacterias, sino también por micro hongos y virus ARN. Circunstancias que debemos de hace extensible al resto de los ciudadanos que frecuentan o no, especialmente en este tiempo confuso, enfermos o ambientes potencialmente repletos de coronavirus, un virus ARN.

La OMS propuso en 2016 una campaña de higiene de manos en el recorrido del paciente quirúrgico, desde su ingreso hasta el alta, pues 313 millones de personas se someten a cirugía cada año. El lema fue: «Salve vidas: límpiese las manos». En el inicio de esta primavera sufrimos en nuestro planeta más de 300.000 contagios confirmados del coronavirus SARS-CoV-2 (pandemia Covid-19), y disponemos de 3.000 millones de teléfonos móviles susceptibles de transportar diferentes microrganismos, incluidos virus, por ello añadamos a la ecuación: «Salve vidas: desinfecte también su móvil».