Vivimos una situación que hace tan solo tres meses era impensable, que ha entrado en nuestras vidas de forma inesperada y que está afectando a todos de forma global, sin excepciones. Esta pandemia ha impactado en la estructura de nuestra sociedad, desde lo colectivo a lo individual, de forma personal y profesional, a cada uno de nosotros. Ningún país estaba preparado para un golpe como éste. El COVID -19 nos ha sacudido de lleno, ha sido virulento y vertiginoso como el latigazo de un terremoto que sorprende en mitad de la noche, noche de la que desgraciadamente no todos podrán despertar.

Por los que no despierten, por nuestros mayores, por nuestros hijos y por todos los que siguen en sus casas, nosotros salimos hoy a la calle para colaborar en la reconstrucción.

Salimos no con miedo, sí con respeto, mucho respeto a la enfermedad, pero con la ilusión de aportar a la sociedad nuestro esfuerzo. Porque es momento de ponernos a trabajar. Van a hacer falta muchas manos, vamos a necesitar poner en marcha toda la maquinaria a nuestro alcance, porque tenemos que volver a levantar el edificio que el terremoto derribó y que es nuestro país. Y lo tenemos que hacer entre todos. Debemos demostrar de lo que somos capaces todos juntos, trabajadores, autónomos, administraciones públicas y desde las empresas que, como la nuestra, vuelven al trabajo. Cómo hacerlo y cuánto tiempo tardemos sí que está en todas nuestras manos. Así, empecemos la reconstrucción.

Ante estas situaciones caben dos actitudes: la fácil y destructiva o la difícil, constructiva y optimista, porque el terremoto empieza y termina. Aprendamos de esta situación, apliquemos experiencias adquiridas y planta a planta levantemos de nuevo el país como ya lo hemos hecho en otras ocasiones. Hagámoslo con las herramientas de la responsabilidad y la determinación.

Responsabilidad a la hora de implementar las medidas sanitarias establecidas, que garanticen la salud de los trabajadores en nuestros Centros de Producción. Lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo, porque nuestras empresas son responsables y conscientes de que la salud de los trabajadores está por delante de todo lo demás.

Determinación para poner a disposición de los trabajadores, proveedores, clientes, sociedad? toda nuestra capacidad para seguir avanzando en el nuevo escenario al que debemos adaptarnos. Determinación para cumplir nuestros compromisos, para ayudar a que las personas puedan seguir ejerciendo su derecho a trabajar, y a hacerlo de forma segura. Determinación para cumplir los compromisos adquiridos con nuestros clientes, asegurando la continuidad de sus inversiones. Determinación para hacer que la economía siga girando, porque no hay otra forma de garantizar nuestra sociedad del bienestar.

En estas dos palabras está la clave, y desde ellas debemos construir el nuevo mañana que se presenta. Nuestro país se apuntala en un estado de democracia, sus cimientos son los de una sociedad de progreso a la que se suma un potente tejido productivo. En la reconstrucción que empezamos hoy, jugamos un papel fundamental las empresas. Nuestro sector, el de la Construcción, tan mediático en estos días y tan desprestigiado en los últimos años, contribuye en más del 10 % en la economía española dando trabajo a casi dos millones de personas. Tenemos un compromiso con todas ellas, y todas ellas con el país.

Las empresas debemos impedir el colapso total y derrumbe de nuestra estructura económica y es por eso que debemos ser capaces de compatibilizar la contención de la propagación del virus, con el mantenimiento de la actividad económica. Pero es fundamental que se genere diálogo entre agentes económicos y entre fuerzas políticas. No debemos malgastar energías en el enfrentamiento, tenemos un importante proyecto común que reconstruir.

Desde Grupo Bertolín nos sentimos comprometidos con esta labor. Porque trabajamos en espacios abiertos y ventilados, porque disponemos de equipos de protección, porque adoptamos medidas en nuestros procesos que garantizan el distanciamiento social, porque aplicamos Responsabilidad y Determinación para minimizar el riesgo. Porque el mayor activo de una empresa son sus trabajadores, y de esta crisis saldremos juntos. Tenemos el mismo objetivo y nos necesitamos para cumplir nuestras metas.

Llevamos 50 años construyendo, trabajando por y para esta sociedad. Este temblor que nos está sacudiendo pasará, y seguiremos construyendo, y lo haremos los mismos que lo hacíamos hace tres meses. Estamos preparados, pero somos conscientes de que ahora, más que nunca, tenemos que hacerlo todos juntos. Estamos juntos en estos momentos y saldremos juntos de esto.

Empecemos la reconstrucción.