El apoyo de Ciudadanos a Sánchez para que prorrogue el estado de alarma no ha sentado muy bien en el mundo independentista, que ven en la formación naranja un enemigo a sus aspiraciones secesionistas.

Desde la cárcel, Oriol junqueras le ha vuelto a recordar a Pedro Sánchez gracias a quién es presidente del Gobierno. Un recordatorio que está siempre presente porque ERC sigue chuleando al Gobierno siempre que tiene ocasión. Su sí a la moción de censura estaba condicionado a una futura mesa de diálogo para hablar del referéndum de autodeterminación. Lo único que les importa. La gobernabilidad de España se las trae al pairo, como han reconocido sus propios dirigentes.

ERC se mueve en ese chantaje permanente al Gobierno. Los aliados de Sánchez que lo llevaron a La Moncloa, serán los mismos que lo desalojen. En cuanto no se atiendan sus reivindicaciones soberanistas retirarán el apoyo a Sánchez.

La debilidad del Gobierno es cada vez más latente. Era muy previsible que esto ocurriera tarde o temprano, teniendo en cuenta los apoyos parlamentarios que sustentaron la moción de censura: Bildu, BNG, ERC y PNV. Es muy probable que tengamos elecciones antes de lo que pensamos porque este Gobierno no da más de sí y las divisiones internas entre Pablo Iglesias y otros ministros son conocidas.

También en Unidas Podemos se han puesto nerviosos y circunscriben el apoyo de Arrimadas a la situación de emergencia nacional como consecuencia del coronavirus. No quieren ni oír ni hablar de un acuerdo con Ciudadanos.

Sánchez, sin embargo, no descarta nuevas alianzas con la formación naranja. En política hay que sumar y nunca restar.

Estaría bien que el presidente del Gobierno se alejara de aquellos posicionamientos que quieren romper la unidad de España, que son puro populismo y comenzara a escuchar a otras opciones políticas, que no por minoritarias, no dejan de ser una pieza fundamental en la gobernabilidad del país.