Ciudadanos tiene que volver a hacer política. Inés Arrimadas está en esa línea de apoyar al Gobierno en aquellas decisiones que nos competen a todos, al margen de las ideologías, a la vez que es capaz de negociar medidas de carácter económico y social.

Albert Rivera se equivocó alineándose con el PP y echando por tierra un posible pacto con el PSOE, que hubiera dejado fuera a los populismos y a los independentistas. Un error que llevó a la formación naranja a perder 47 diputados.

Arrimadas ya sabe las consecuencias de aquel fatídico error y no debería volver a incurrir en él por muchos diputados que se den de baja en el partido que quieren seguir la estela suicida de Rivera. Esa política de acercamiento al PP puede conducir a la desaparición de C's como quedó reflejado en las últimas elecciones generales. La formación naranja tiene que buscar su espacio político.

Ciudadanos tiene que volver a ocupar el espacio de centro liberal, huérfano desde Adolfo Suárez, pactando con el Gobierno en aquellos asuntos que son de Estado, y que el PP es incapaz de ver, instalado como está en el discurso del enfrentamiento permanente, muy en la línea de Vox.

Arrimadas tiene que tener claro que el votante de C's no es el del PP y debe fijar diferencias.

A pesar de sus críticas al Gobierno, absolutamente fundamentadas, la política es consenso y negociación. Se puede estar en desacuerdo con el Gobierno, pero a la vez tener la suficiente altura de miras para apoyarlo en aquellas cuestiones que requieren de un amplio respaldo parlamentario como es la crisis sanitaria.

Ese nuevo apoyo de Ciudadanos al Gobierno para prorrogar el estado de alarma, quince días más en lugar de treinta como quería Sánchez, ha abierto fisuras en los partidos que apoyaron al Gobierno como ERC, BNG o Bildu, lo cual quiere decir que se están haciendo las cosas bien. También Compromís ha dicho que votará en contra de prorrogar el estado de alarma. Supongo que en este caso porque se ha incumplido el plazo pactado con Baldoví para la financiación autonómica y por el cual los nacionalistas valencianos votaron afirmativamente en la moción de censura de Pedro Sánchez.

Recojo de su muro, las palabras de Juanjo de la Iglesia con las que no puedo estar más de acuerdo:

Es el momento de Inés Arrimadas y de iniciar una nueva forma de hacer política. Desde cualquier ideología.

De su éxito depende la desactivación de la crispación como herramienta política y el abandono, a medio plazo, de la infiltraciòn en las Instituciones de agitadores antisistema como la tuna de Iglesias y la de los supremacistas a las órdenes del delincuente presidiario catalán.

Tiene prácticamente a toda la prensa en contra, a los más contumaces podemitas, a los golpistas catalanes, a buena parte de la derecha democrática constitucionalista e incluso al sector de su partido que aún aplaude el catastrófico viraje pepero de Rivera que llevó a su partido al borde de la desaparición. A un partido que acababa de ganar las elecciones en Cataluña.

Si lo consiguió en Cataluña con absolutamente todo en contra, puede volver a hacerlo. Si no lo consigue, la situación sólo puede ir a peor con un Sánchez ensoberbecido, pero sometido a las órdenes de la extrema izquierda y el supremacismo. Más vale que los cuadros del C's se comporten responsablemente.