Hace tiempo escuché una historieta... Una pareja buscaba un lugar en el que construir su granja y su huerto. Después de cruzar numerosos parajes encontraron un valle fértil rodeado por un frondoso bosque. Allí montaron su granja, la hallaron y establecieron su hogar. Con el paso del tiempo, viendo que sus animales estaban bien y que los frutos del huerto de esta pareja eran buenos y abundantes, otras personas decidieron establecerse allí. Y así fue al principio, unos pocos aprovechaban aquel buen lugar y todos recogían los frutos a la vez que cuidaban del valle. Durante un tiempo en el que lo común convivía con los privado, a todas les fue bien.

Después, otras muchas llegaron hasta allí para imitar lo que la primera pareja hizo, sin embargo el valle ya no daba más de si y para establecer nuevas granjas empezaron a talar el bosque. Tantas llegaron para establecer allí su parcela, y tanto talaron el bosque en busca de tierra fértil, que finalmente dejaron la montaña desnuda. Entonces una gran tormenta descargó con furia su lluvia, lluvia que en otro tiempo hubieran absorbido los árboles. Y así, la gran lluvia, arrasó las laderas del valle y una gran riada se llevó por delante todos los cultivos y las granjas, entre ellas, la de aquella pareja inicial.

Así, lo que antes era de todas y a todas beneficiaba mientras se cuidaba lo común, se fue deteriorando por el parcelamiento y el aprovechamiento particular. Ahora, y desde hace tiempo atrás, en nuestra ciudad ocurre algo parecido. Lo que es patrimonio común, ese patrimonio que a todas nos beneficia y que todas amamos, se ve en serio riesgo de ser parcelado para la explotación particular, para la explotación privativa. Tenemos buenos ejemplos de esto a lo que me refiero: la ampliación del puerto supondrá un beneficio privado para la naviera MSC pero a la larga destruirá nuestras playas y puede que hasta acabe con l'Albufera, gran patrimonio común; lo vemos en el PAI de Benimaclet, donde lo que es un patrimonio común y autogestionado por la gente, huertas y otros espacios amables, está en serio riesgo en favor de una constructora, Metrovacesa. Lo hemos sufrido con los impulsos privatizadores de la derecha: recortan y parcializan servicios públicos para deteriorar la sanidad pública o la educación y dirigirnos hacia la sanidad privada y educación concertada y sacar beneficios privados. Sin embargo, cuando todo bien mal dado, lo público se pone al frente de todas las luchas, nos cuida y nos protege.

En Podem València siempre nos encontrareis defendiendo lo que es de todos, lo que nos cuida y nos salva, lo que nos hace iguales y libres. Siempre nos encontrareis defendiendo los derechos de la mayoría social. Siempre del lado de tus derechos.