Nos tienen acostumbrados al engaño, pero la campaña que ha impulsado el presidente del PPCV, Carlos Mazón, sobre la fiscalidad en la Comunitat Valenciana ha ido demasiado lejos. Mazón se aferra a un único ejemplo que ha encontrado para poder sostener el ‘fake’ que le permita seguir rindiendo pleitesía a Isabel Díaz Ayuso. Para él, el ahorro de 3,92 euros al mes de un caso muy concreto justifica la política regresiva de Madrid, donde siempre gana el que más tiene.

La Comunitat no tiene los tipos impositivos más altos para la gran mayoría de los contribuyentes. Pero eso al PP no le interesa. Mazón esconde, por ejemplo, que un contribuyente con 20.000 euros paga lo mismo por IRPF aquí que en Galicia, y menos que en Murcia, Castilla y León o Andalucía. También elude que el 99 % de los contribuyentes de la Comunitat Valenciana no pagan por el Impuesto de Patrimonio, y lo mismo ocurre con el de Sucesiones.

Tomemos un dato relavante: lo que pagan los contribuyentes tras las deducciones autonómicas. Según datos de la AEAT de 2018, la diferencia entre Madrid y la Comunitat Valenciana es solo de cinco euros para las rentas de entre 12.000 y 21.000 euros. En Madrid pagan 813 euros y en la Comunitat 818, una cantidad similar a la de Murcia (812) o Andalucía (815), y menor que en Galicia (851) y en Castilla y León (830). ¿Infiernos fiscales del PP? Más bien, demagogia fiscal.

El PP también oculta que en Madrid las rentas más altas pagan menos que en el resto de España. Por ejemplo, un contribuyente madrileño que gana 110.000 euros aporta a los servicios públicos 2.312 euros menos que en la Comunitat Valenciana. ¿Es ese el concepto de la solidaridad del PP?

Para salir en defensa de Ayuso, el PP valenciano obvia que a pesar de que la Comunitat es la peor financiada, es la séptima en esfuerzo fiscal para garantizar unos servicios públicos sin los duros recortes que aplicó el PP aquí.

Porque, aunque le pese, el PPCV tiene un pasado, y no tan lejano. Hace solo cinco años que la reforma del Consell de Ximo Puig liquidó el sistema fiscal del PP, el más regresivo de España. La reforma del Botànic bajó el IRPF a 1,5 millones de valencianos y la subida sólo afectó a 60.000 personas. Por cierto, a las rentas más altas. Hoy, las rentas medias y bajas aportan ocho puntos menos que con el PP y las altas, ocho puntos más. No es magia, es la progresividad fiscal consagrada en la Constitución.

La engañifa de Mazón se corona cuando habla de aplicar el modelo Ayuso. Con ese sistema en Madrid, las rentas bajas pagarían 4,39 euros menos anuales y las rentas altas 507 menos. En la Comunitat Valenciana, la desproporción aún sería mayor: las rentas bajas ahorrarían 3,36 euros, 28 céntimos mensuales; mientras las altas se evitarían 1.693 euros. Solidaridad marca PP.

Al menos, el PP confirma que es el efecto capitalidad de Madrid el que le permite hacer ‘dumping’ fiscal para atraer rentas elevadas. Según la AEAT, entre 2009 y 2018 el número de contribuyentes con más de 60.000 euros se incrementó un 24 % en Madrid, y los de más de 600.000 euros aumentaron un 90,09 %, unas tasas muy superiores a las de la Comunitat (13,10 % y 62,36 %) y a las de la media del resto de comunidades (13,38 % y 48,74 %).

Madrid, por tanto, tiene privilegios que la Comunitat no se puede permitir. Entre otras cosas, porque estamos infrafinanciados. Aunque ahora el PP lo niegue. Estamos castigados por un sistema que aprobó el PP de Eduardo Zaplana en 2002 que nos dejó a la cola y que los socialistas llevamos años trabajando para compensar. Si Mazón quiere ayudar a la sociedad alicantina, valenciana y castellonense, lo que debe hacer es pagar las ayudas que tiene bloqueadas desde la Diputación de Alicante y ponerse al lado del president Ximo Puig para defender los intereses de nuestra tierra. ¿O le renta seguir destinando todos sus esfuerzos a defender los privilegios de las rentas más altas de Madrid?