ElAyuntamiento de Valencia, 27 de enero, aprueba sin ningún voto en contra la moción de Ciudadanos adhiriendose al Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto según Resolución 60/7 de la Asamblea General de las NNUU del 2005.

Resultado agridulce, ya que es verdad que no se consiguió aprobar la parte de la moción referida a la adhesión de Valencia al día Europeo de la Cultura Judía que se celebrará en otras ciudades el próximo día 4 de septiembre, una iniciativa del Parlamento Europeo que se conmemora en 30 países europeos y que presenta actividades culturales coordinadas por la Asociación Europea para la Preservación y Promoción de la Cultura Judía, el Consejo Europeo de Comunidades Judías, y la Red de Juderías de España.

Imposible también conseguir el consenso necesario para colocar un monolito que recuerde a los judíos valencianos que perecieron masacrados en 1391 como víctimas de una intolerancia que contradice la imagen de diálogo y convivencia entre culturas mediterráneas que la Multaqa exalta en cada nueva edición, año tras año.

El presidente de la Comunidad Israelita de Valencia en representación de los judios ortodoxos de la ciudad, observaba los debates que en el Pleno municipal acontecían, bien acompañado en el palco del Ayuntamiento por Agustín Blasco, conocido divulgador de la cultura judía, también estaba convocado un representante de Tarbut Sefarad por el equipo conformado por Paco Varea, Javier Copovi y Fernando Giner.

Seria y emocionada, la presidenta de La Javurá, que agrupa a muchos de los judíos conservadores, desgranaba su discurso en Sagunto ante un auditorio muy atento y receptivo. Los concejales saguntinos son conscientes de la importancia patrimonial de los descubrimientos arqueológicos de una larga historia compartida, a veces trágica.

Fatalidad y grave injusticia compartida y sufrida conjuntamente, como recordó el pleno de Alboraya, en donde se rendía homenaje a las víctimas del holocausto, y con nombres y apellidos a los valencianos republicanos que terminaron sus vidas en Auschwitz, hombro con hombro con muchos sefardíes también mediterraneos. Los presidentes de las comunidades Aviv y Bnei Sefarad, que agrupan respectivamente a los judíos masortíes y reformistas comentaban las noticias de la prensa local y la necesidad de seguir ejercitando la memoria.

También las Corts Valencianes con su presidente Enric Morera y el presidente de la Comunidad Israelita de Valencia este año realizaron acto simbólico de encendido de velas. Gestos públicos todos ellos que permiten ayudar a recuperar la bendita memoria de un buen puñado de valencianos a los que los azares de la historia colocó en el lugar más incómodo imaginable.

Y unos pocos días más tarde ese cuerpo social de límites inconexos e imperceptibles se volvían a dar cita junto con miembros relevantes de la Amistad Judeo Cristiana, como Paco Fontana en el nuevo cementerio judío que el Ayuntamiento de Valencia ha puesto en funcionamiento, una vieja reivindicación del judaísmo valenciano.