Al azar

Hamás rima con Qatar, y no por casualidad

Gaza tras un ataque israelí.

Gaza tras un ataque israelí. / EFE

Matías Vallés

Matías Vallés

La enésima tragedia palestina ya tiene su falsa matanza de Timisoara, aquel montaje con cadáveres desenterrados que se justificó en Rumanía porque todo valía para liquidar al vampiro Ceausescu. En Oriente Medio se trata de medio centenar de niños decapitados en un kibutz, que nadie ha visto pero que las televisiones han narrado con más credulidad que credibilidad. Hasta el punto de que el propio Joe Biden presumió de haber contemplado las imágenes atroces, cuya existencia se ha apresurado a desmentir la propia Casa Blanca.

La matanza del pasado fin de semana no necesitaba hipérboles, pero la exageración viciosa aconseja refugiarse en las evidencias numéricas. Una vez aceptado que Israel es un enclave de Estados Unidos, y que por tanto identifica nuestra realidad occidental, convendrá recordar con cifras que Hamás no rima con Qatar por casualidad. El emirato no solo ampara al denominado Movimiento de Resistencia Islámica que gobierna Gaza, dentro de su política de patrocinio de los Hermanos Musulmanes y a través de la imagen favorable transmitida por Al Jazeera, sino que paga literalmente los sueldos de los funcionarios de la Franja. De hecho, en julio se desató una crisis política por el retraso en los abonos.

Los Al Thani qataríes llevan invertidos cientos de millones, obtenidos del gas, en apadrinar a Hamás. En concreto, destinan treinta millones cada mes a pagar los salarios públicos de Gaza, convertida así en una empresa del emirato al nivel del Paris Saint Germain o de sus equipos en las ligas profesionales estadounidenses. No hay problema de ortodoxia, he compartido una tarde muy provechosa con el emir Tamim bin Hamad al Thani que vestía camiseta, pantalones cortos y gorra de béisbol.

Los pobres carecen de poder, pero su explotación adicional sirve a los intereses de los poderosos. El fervor proisraelí se desvanece al recordar que Trump no preside hoy mismo el Congreso estadounidense porque no quiere. Y los orgullosos usuarios de los pañuelos palestinos empezando por la ministra Ione Belarra, deberían adjuntar a la prenda una enseña del emirato que organizó el Mundial de fútbol, que paga Gaza y que es un campeón de los Derechos Inhumanos.