Opinión

¿Atraer o retener talento? 154.800 millones tienen la culpa…

Gonzalo Belenguer

Gonzalo Belenguer

Es una evidencia que el capital humano es un factor decisivo para el desarrollo social y la competitividad de las regiones y, sin duda, éste es uno de los ámbitos cruciales que debemos abordar si aspiramos a ser algo más que el mejor país del mundo, para vivir. Más allá de las legítimas y necesarias aspiraciones por posicionarnos como un gran destino para nuevas inversiones y talentosos profesionales foráneos, quizá es hora de plantearnos también cuál es la pérdida de talento patrio que estamos asumiendo.

Los datos del último informe de la Fundación BBVA y el IVIE, aportan una realidad escalofriante: sólo en el último año, el valor del capital humano perdido por nuestro país es de 154.800 millones de euros, un 40% superior a los datos de 2019, debido a la preocupante necesidad de éstos por encontrar oportunidades de futuro en otras latitudes. Más de 400.000 jóvenes, con alto nivel de formación, que desarrollarán su carrera profesional allende nuestras fronteras, con la consiguiente pérdida irreparable para nuestra sociedad.

¿Es debido, fundamentalmente, a una falta de inversión en educación? De acuerdo a los datos del Ministerio, obviamente, no, si nos atenemos al máximo histórico plasmado en los últimos presupuestos; aunque, de acuerdo a los resultados del reciente informe PISA, algo está fallando. Pese a los grandes esfuerzos e inversiones llevadas a cabo en este ámbito, actualmente tenemos más de 1,2 millones de ‘Ninis’ -jóvenes de 16 a 29 años que ni estudian ni trabajan-, a los que les hemos conferido el derecho a vivir estructuralmente, a cambio de… lo desconozco. Como consecuencia, nuestro paro juvenil supera el 27,8%, en menores de 25 años.

Todo ello, junto con otros factores igualmente relevantes, nos conduce a consolidar una brecha de la productividad española respecto a la eurozona; especialmente, con Alemania, Francia e Italia -sólo hay tres empresas españolas entre las 100 primeras europeas-. La traducción al ‘román paladino’ podemos hacerla en salarios, condiciones laborales…y el resultado ya saben cuál es.

Más allá de las tensiones y encrucijadas parlamentarias sería bueno que, alguien, sin importar signo o color, pudiera atender y, en la medida de lo posible, atajar este auténtico drama que nos presenta un difícil presente y un futuro lleno de nubarrones. Para evitar caer en la tentación de una subjetiva interpretación de la realidad, les animo a que, juntos, hagamos un pequeño ejercicio: imaginemos a nuestro equipo de fútbol -el mío, el Valencia- queriendo jugar la Champions League; una vieja y, desgraciadamente, lejana aspiración.

El reto lo abordaremos contando con los jugadores menos dotados de la Escuela de Paterna, su cantera, porque los buenos han sido regalados a otros equipos competidores. Además, estos heroicos patriotas que han decidido permanecer en el club ‘de sus amores’ tendrán peores condiciones laborales y jugarán en posiciones desubicadas… ¿conseguiremos jugar la Champions? El resultado final será, fácilmente, previsible, así que, ¡sigamos regalando nuestro talento! 154.800 millones, suma y sigue.