Este es el título de un interesante estudio, que patrocinado por el Ayuntamiento de Valencia nos ofrece Manuel Sancho García, acompañada por fotografías, de los archivos de Vidal Corella, Sociedad el Micalet, José Huguet, y Luís Vidal, de incalculable valor histórico. Por otra parte, durante este pasado noviembre la Asociación de Profesores de Música y otras entidades afines, han realizado diversos actos para actualizar la memoria de este gran musicólogo valenciano.

Nace en la desaparecida plaza de Mirasol en 1832, después de un corto tiempo en Mallorca, residió hasta su muerte en la calle de Llíria, actualmente de Salvador Giner, en el corazón del Carmen. Algo para mi incomprensible, pues estando fuera de duda que el Mestre se merece una gran calle no es lógico suprimir el nombre de una vía, que como las de Sagunt, Xàtiva, o Quart, jalonan la ciudad desde sus orígenes.

Giner vive intensamente su tiempo cultural romántico. Es la Renaixença regionalista con influencias historicistas y wagnerianas en la música. Llegando a ser el compositor más admirado y considerado de su época arrastrando a las masas burguesas o populares como muy pocos han conseguido. En unos años en que se inician en Valencia diversos movimientos artísticos culturales él siempre se encuentra a su lado ayudando y prestando su autorizada presencia. El Conservatorio, la Sociedad Económica de Amigos del País, El Micalet, coros parroquiales y bandas. Habiendo que destacar la fundación de la Municipal de Valencia. En 1902 se inicia la creación de la banda municipal con la oposición de algunos concejales, pero el proyecto llegó a feliz término gracias al prestigio y decidido apoyo de Giner. Vicente Ávalos Ruiz concejal republicano y principal promotor escribe: «merece ser conocido que al Sr. Giner debemos la existencia de nuestra banda. Sólo por amor a Valencia supero las diferencias políticas?me prestó su colaboración sabia sin importarle mi republicanismo. Era católico ferviente pero sobre todo era artista y un caballero». Amigo de Llorente, Blasco Ibáñez, Chabas, Cebrián Mezquita, Bodria, entre otros intelectuales coetáneos. Su hermano Carlos fue pintor sobresaliente, profesor de San Carlos.

Por todos son conocidas piezas que rápidamente se hicieron populares. «Es xopà hasta la Moma», «La entrà de la murta», «Nit d´albaes», etc. Toda su obra respira a Valencia, sus tradiciones, su lengua, la huerta, el Mediterráneo. En su casa de vacaciones de Massarrojos compuso mucha música inspirándose en las costumbres de l´Horta Nord.

Cultivó todos los géneros musicales. Ópera: «El Soñador», «Sagunto», «Morel». Muchas zarzuelas, pasodobles, música de cámara. Pero es en la música sacra donde sobresalió por su gran numero y genialidad: misas, réquiem, polifonía, gozos. Recordemos los del «Mare de Déu» con letra de Teodoro Llorente. También para la Cofradía del Carmen a la que como José Benlliure siempre se sintió muy unido.

Valencia le nombra hijo Predilecto en 1901. Su muerte en 1911 es como una rúbrica de lo que fue su vida. Al preguntarle si deseaba que se cumpliese algún último deseo, respondió el Mestre : «Deixeu-me, ¡ ja esta tot complit¡ Ara soc de Nostre Senyor¡». Finalmente en 1927 se le erige un monumento obra del escultor Vicente Navarro, que bien podemos llamar itinerante ya que un servidor lo ha conocido, en la Alameda, la Plaza del Arzobispo y en su destino actual en la Gran Vía de Fernando el Católico. Esperemos que sea el último emplazamiento?

*Canónigo de la Catedral de Valencia.