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Va de bo

"Aixó és com tot", la poesía rebelde

Partida de pilota en plena calle. levante-emv

Es tracta de prioritzar les persones davant l'estricte interés econòmic». Sobre esa premisa se fundamenta la que me atrevo a calificar magna obra que hace algún tiempo comenzaron Ángel Velasco, de Carlet, que nos dejó en plena juventud, y Rafael Tormo, de Beneixida. Obra gigantesca y generosa es la de visitar pueblo a pueblo para indagar sobre el Juego de Pelota. Descubrirnos sus personajes centrales, que los hay en todos ellos, y los actores secundarios siguiendo el caminar de la afectividad hacia las sencillas gentes que han protagonizado este relato poético. En «Aixó és com tot» llevan editados quince volúmenes. El primero de ellos con una portada impactante : las arrugadas manos de Juliet d' Alginet, el pelotari que salvó este deporte en los tiempos de las maletas de madera y de las ideas en prisión. El último, dedicado a los pueblos de El Marquesat: Alfarp, Catadau y Llombai. Rafael Tormo rescata todas las fotos, todos los recuerdos de los más viejos. Hace de la frase del anciano un tratado de honda filosofía popular. Páginas y páginas en las que se reproducen conversaciones envueltas en el aroma de la autenticidad, recuerdos de viejos desafíos que, sin este trabajo, quedarían perdidos para siempre. Llega a Alfarp y rescata para la memoria a los antepasados pelotaris de finales del XIX, cuando este deporte atrapaba el corazón de todos en el Carrer del Forn o en el de la Sociedad de Montes y se pregunta si perdido el juego en su espacio natural, sobre aceras, entre ventanas, tejados y balcones, no se habrá perdido lo mejor de su alma?

En cada uno de los pueblos rastrea cualquier personaje que aporte un relato sugerente para el lector, un dato irrebatible para el investigador. Y recopila todo el material gráfico perdido entre viejas cómodas de nietos que han superado la tentación de tirar a la basura el alma retratada de sus antepasados. Prioriza, efectivamente, a la persona y sus sentimientos; arranca de la memoria del nonagenario los mejores momentos de su juventud pelotari. Y en cada pueblo reflexiona sobre las garras del tiempo.

Las calles ya dejaron de ser espacios de socialización. Ese zarpazo transformador expulsa al juego de pelota de su espacio natural, como expulsa cada día el sentir agrario de nuestros pueblos, las comidas, el amoroso trato del «llaurador» valenciano a la tierra heredada, en un caminar hacia la despersonalización, hacia la homogeneidad unificadora. Sólo los poetas elevan sus versos en un grito desesperado de vida. Ese es el grito de «Aixó és com tot», una magna obra en crecimiento que quiere ser la historia viva del Joc de Pilota en cada rincón de cada pueblo valenciano. Una obra de poetas. Y los poetas nunca fueron dóciles. Gracias a ellos ha sobrevivido este deporte. Y sobrevivirá. Dejarlo en manos mercantilistas es condenarlo a la extinción. En los espacios competitivos aplastan a todo poeta rebelde.

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