Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Va de bo !

Prevenir contra la ruina

Prevenir contra la ruina

Hemos asistido estos días al espectáculo televisivo de la muerte de Blanca Fernández Ochoa, la primera mujer española que consiguió una medalla de bronce en unas olimpiadas de invierno. La desaparición se ha seguido al minuto con innumerables entrevistas de gentes más o menos próximas. La muerte de una deportista se ha convertido en espectáculo televisivo con pausas para la publicidad. Ya hemos metido las cámaras en las camas de los famosos; ya hemos publicitado las confesiones que antaño quedaban entre las rejillas de las iglesias, ya hemos convertido la televisión en un vertedero de basura humana. Uno recuerda y añora un medio en el que se cuidaba el lenguaje por ser espejo de educación y civismo; cuando se programaban las mejores obras del teatro español o universal? Pero sobre filosofía de las rejillas de televisión ya se encargarán de debatir sabios de la sociología o de la antropología.

Aquí y ahora hablamos de deportistas que lo han sido todo y que de la noche a la mañana dejan de ocupar espacios públicos y han de afrontar la realidad del anonimato. Es el caso de Blanca Fernández y de tantos y tantos otros que han llegado a las cumbres del deporte acompañados de gentes que viven de ellos y sin una formación que les oriente a la hora de las inevitables retiradas. No todos han tenido un tío cura como Puchades? cuando las sotanas eran especialmente respetadas. Pero Puchades, además, tenía claro que era de pueblo y eso de perder de vista el Micalet era un riesgo que no valía la pena. Por eso no se fue al Madrid.

En este sentido recuerdo una anécdota personal. Un famoso director de orquesta valenciano que había recorrido todo el mundo durante decenas de años me preguntaba un día si vivía en el pueblo donde había nacido; si dormía allí?Cuando le dije que sí, me miró fijamente y me dijo: «Enhorabuena. No sabe la suerte que usted tiene?». Poco después y a edad joven falleció por lo que aquella pregunta denotaba una profunda decepción personal en una vida que parecía de éxito. Como Felipe II, el rey más poderoso del mundo que confesaba su envidia por los zapateros?

La sociedad actual crea mitos y los destruye con más rapidez. Estaría muy bien que cada una de las federaciones deportivas, de los clubes de élite, estuvieran obligados a cuidar la formación integral de sus profesionales. Una formación que incluyese no sólo el fomento de los estudios, sino el poder compatibilizar el deporte con trabajos laborales que permitiesen a los deportistas salidas en el momento de la retirada. Tampoco se trata de que el Estado se convierta en el papá protector pero sí que posibilite que los deportistas de hoy, y no hablamos sólo de los medallistas olímpicos, dispongan de los mejores medios para que su vida en el anonimato no se convierta en una ruina económica y personal. Para eso están, por ejemplo, las Fundaciones.

Compartir el artículo

stats