Las calles de Benifaió tienen cada vez menos badenes reductores de la velocidad porque son los propios vecinos de las casas que se sitúan junto a estos dispositivos de tráfico quienes autorizan a que se pongan o no y, al parecer, la gran mayoría se opone a su instalación por las molestias que les generan.
Es la justificación que ha dado la alcaldesa de la localidad, Amparo Arcís (PP), ante las quejas de algunos residentes por la falta de elementos de seguridad que disminuyan la velocidad de circulación por el casco urbano, expresadas a este rotativo tras el atropello que tuvo lugar este lunes en la calle Juan Ramón Jiménez en el cruce con Llevant. «Desde que se pusieron hemos recibido muchas quejas de las personas que viven delante de estos badenes por el ruido que generan, provocándoles molestias que no les dejan dormir», indica la primera autoridad municipal.
Ante esta tesitura, el consistorio decidió en su momento que sólo se colocarían aquéllos que contaran con el beneplácito de los vecinos de las inmediaciones «porque nos encontrábamos con que los poníamos gastándonos el dinero y después teníamos que quitarlos», explica Arcís.