Creo que, algunas veces, deberíamos hacer un ejercicio de memoria y acordarnos de cosas que en algún momento hemos criticado y ahora caemos en peores hechos.
En agosto del año 2013, por consejos de las personas que llevaban el mantenimiento de las fuentes ornamentales de nuestra ciudad, se apagaron, limpiaron y dejaron de funcionar.
El tripartito montó tal embrollo que a ésta que les cuenta le llamaron de todas las cadenas de radio y televisión, hasta a nivel nacional. Nunca entendí el por qué de tanto jaleo, pero así fue. Llegando incluso a decir que las había apagado por los inmigrantes, algo que desmentí reiteradamente a todos los que me entrevistaron.
En el pleno de septiembre, el Sr. Martínez, de EU, me preguntó el por qué habían dejado de funcionar las fuentes, le contesté que por motivos sanitarios y me pidió que al año siguiente no se hiciera, y así lo hicimos, aunque suponía un mayor esfuerzo en mantenimiento
Mira por dónde, desde hace unos días, las fuentes ornamentales de nuestra ciudad no funcionan. No pongo en duda la necesidad de hacerlo, respeto y confío en los profesionales del ayuntamiento, y en los responsables de las contratas, sus razones tendrán para hacerlo. Lo que no entiendo es por qué a mi se me crucificó por ello y ahora, sin el más mínimo pudor, hacen lo mismo.
Éstas son dos formas distintas de hacer oposición, la del tripartito, destructiva, como el caballo de Atila, sin importarle las consecuencias, y la nuestra, en positivo, intentando sumar, no restar y, desde luego, siempre pensando en el bien de la ciudad.
