Los empleos más demandados en la Ribera durante el año pasado fueron el de peón agrícola e industrial seguido de camarero, personal de limpieza y albañil. Trabajos que sitúan el contexto laboral de la comarca en dos ámbitos muy concretos: el campo y la fábrica. A nadie se le escapa que la Ribera es una zona eminentemente agrícola donde una parte importante de la población trabaja en la industria, y más concretamente en la automovilística.
De hecho, según el informe sobre las ocupaciones más contratadas en 2014, publicado por el Servef, más del 40% de los contratos en la Ribera se producen en el entorno del campo, es decir, en huertas, invernaderos y durante las cosechas. Mientras que si hablamos de peones de industria manufacturera las cifras rozan los 9.400 empleos, un 11,32% de las contrataciones efectuadas en 2014.
Explica Raúl Roselló, miembro de la ejecutiva de UGT, que de estos datos se deduce que «en la comarca se produce un número elevado de contrataciones en categorías laborales no especializadas» y que, por tanto, en términos generales para trabajar en la Ribera se requiere de una cualificación menor. «Éste es un mal crónico de toda la C. Valenciana», matiza Roselló. Una cuestión que debería pasar por reflexionar sobre la necesidad de ganar en cualificación y, por ende, «profesionalizar el sector ya que de ello depende el futuro laboral de la comarca», sentencia.
Roselló considera que tanto en en la Ribera Alta como en la Baja se debe apostar por el sector agrícola, por el industrial y por el turismo y que para ello es necesario apostar también por la formación de los trabajadores y la introducción de mejoras tecnológicas. Josep Antoni Carrascosa, miembro de Comisiones Obreras (CCOO), aporta un dato relevante «800 trabajadores y trabajadoras, el 40% de los 2.000 valencianos que acudirán a la vendimia francesa este año, provienen de la Ribera». El perfil de los trabajadores obedece mayoritariamente a jóvenes menores de 35 años sin empleo y parados mayores de larga duración.
Mal endémico
El empleo sumergido se ha convertido en un mal endémico del mercado laboral de la comarca. Un hecho que queda patente en la disparidad que existe entre los datos de población ocupada en la Ribera que facilita la Encuesta de Población Activa (EPA) y el número de cotizantes que en los 47 municipios de este territorio contabiliza la Seguridad Social.
Una diferencia de prácticamente 20.000 personas, 19.216 en concreto, que responden a la encuesta que están trabajando, pero que, en cambio, no figuran de alta en ninguno de los regímenes de cotización a la Seguridad Social.
Según datos obtenidos de fuentes oficiales, la EPA recoge que 107.670 residentes en la Ribera declaran estar ocupados. En cambio, el número de cotizantes desciende a 88.454.
Unas divergencias que se acentúan con el paso del tiempo y que agrandan las desigualdades en el mercado laboral de la Ribera. Otro aspecto que queda encima de la mesa es la dificultad a la hora de encontrar trabajo de aquellas personas que quieran dedicarse profesionalmente a otros oficios no relacionados con la actividad agrícola o la industrial.
