El ganadero propietario de la vaquilla herida el pasado viernes en Catadau, Alberto Granchel, atribuyó ayer «a la mala suerte» lo ocurrido en las fiestas de esta localidad de la Ribera. Aseguró que en «ningún caso» se trata de un caso de «maltrato animal» porque el festejo en Catadau se desarrolló con total normalidad y aseguró que el percance «fue un accidente, como le puede ocurrir a cualquier en una carretera», insistió. Fuentes de Compromís, el partido que junto al PSPV sustenta el gobierno local, y que ocupará la alcaldía en la segunda parte del mandato aseguraron ayer que han sabido que la vaquilla había parido recientemente y que incluso el ternero ha tenido que ser también sacrificado por la dependencia que tenía aún respecto a la madre. El ganadero no quiso confirmar este extremo y se limitó a señalar que en su ganaderías las vacas dan a luz en enero.
