La segunda parte del documental, «Adéu Amèrica», cuenta el caso de Ernesto García, un vecino de Carlet que había emigrado en el año 1920. «Estaba tan integrado en la vida americana que era un americano más, hablaba inglés con total fluidez y estaba tramitándose los papeles para hacerse americano», relata Juli Esteve, mientras detalla que en el año 1934 regresó para casi despedirse de su madre por si no la volvía a ver y se enamoró de una mujer.
«Ella no quería irse de ninguna de las maneras y él tuvo que escoger entre volver a América solo o quedarse con la mujer de la que se había enamorado. Decidió con todo el dolor del corazón quedarse y poco después le cayó encima la guerra, la posguerra y su vida aquí ya no se parecía en nada a lo que había tenido allí. La nieta nos contaba que toda la vida fue un hombre con una trasfondo gris, con una vida previa que nadie conocía y que ella descubrió cuando en la andana encontró un día una maleta que tenía todos los papeles y cartas de su abuelo y encontraron una persona que nadie de su casa conocía, es una historia sobrecogedora porque ese hombre añoró toda la vida el mundo que había dejado allá».
