La economía de l'Albufera estuvo durante siglos ligada a la navegación con vela latina. Ahora ha pasado a ser una forma de ocio, pero el Consell quiere proteger y promocionar este icono de la cultura valenciana y, por eso, recientemente se han iniciado los trámites para declarar esta actividad, junto con la pesca tradicional, Bien de Interés Cultural Inmaterial. El presidente de la Asociación de Vela Latina de Sollana, Ramón Ibor, se mostró ayer satisfecho con la iniciativa y lo señaló como «un éxito por todo el trabajo que hemos hecho desde la federación» para que se reconociera la vela latina. Ibor indicó que esto supondrá un mayor reconocimiento y difusión y, como ejemplo, dijo que los universitarios podrían obtener créditos académicos con la realización de cursos de vela latina. Ibor espera que, al ser un BIC, esta actividad pase a tener una mayor divulgación.
Según recordó, «la navegación fue un medio logístico muy importante para comunicarse entre los pueblos» que rodean l'Albufera. Además de Sollana, en Silla, Catarroja y El Palmar también se práctica este modo tradicional de navegación. Esta declaración servirá para que las administraciones públicas fomentaren la difusión de la vela latina, garanticen su estudio y documentación con criterios científicos, e incorporaren los testimonios disponibles a soportes materiales que garanticen su pervivencia, según el Consell. La navegación y la pesca son «un caso paradigmático de resistencia al paso del tiempo de estas prácticas sostenibles» y su conservación es fundamental porque «son realidades culturales amenazadas, manifestaciones residuales de maneras de vida que el progreso y los cambios sociales han ido haciendo desaparecer», añade el Consell.
Siglos de historia
La pesca es la actividad más antigua de l'Albufera y ya en tiempos de Jaume I se dispusieron las normas para pescar en el lago a través de un privilegio del año 1250. Mientras que, la vela latina es una de las formas tradicionales de navegación común a todo el Mediterráneo y los romanos introdujeron este velamen triangular en la parte occidental del Mediterráneo en el siglo III. La vela latina permitía navegar contra el viento prescindiendo de la ayuda de los remos, al ser un velamen triangular que se halla dispuesto en una antena que cruza el mástil y que recorre longitudinalmente el casco.
En l'Albufera fue utilizada como un medio de transporte vinculado a la explotación de los recursos naturales, como la pesca y la agricultura. En la costa mediterránea la vela latina subsistió hasta principios del siglo XX al estar asociada a la pesca de arrastre. Pero la introducción del motor sentenció su desaparición y no fue hasta los años 80 cuando volvió a recuperarse, pero esta vez como una actividad de ocio. Por sus características, la vela latina se adapta perfectamente a los vientos cambiantes de l'Albufera, ajustándose a los pasos estrechos de las acequias.
