Finalmente el Consell ha aceptado rebajar la polémica tasa del agua que se cobra a diversos municipios de la Ribera por los costes de explotación de la potabilizadora de Alzira y por la construcción de esta infraestructura. No obstante, los municipios ribereños tendrán que esperar a 2017 para que esta reducción se haga efectiva y, además, su aprobación dependerá de que una mayoría de partidos políticos de las Corts Valencianes voten a favor, según explicó ayer el alcalde de Polinyà de Xúquer, Óscar Navarro, que ejerce como portavoz de los municipios. A la tercera va la vencida y ayer por la mañana los alcaldes y concejales de 13 municipios de la comarca consiguieron reunirse con el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, después de que el encuentro se hubiera pospuesto hasta en dos ocasiones. Álvaro les anunció que el Consell acepta rebajar el tributo del agua de 18 céntimos por cada metro cúbico que se paga actualmente, a 10 céntimos, como reclamaban los alcaldes. Hoy en día los municipios de la comarca están pagando la construcción de la potabilizadora y las nuevas tuberías, además de los costes de explotación pero, tras esta rebaja, sólo pagarán por el tercer concepto. Los alcaldes no estaban dispuestos a sufragar las infraestructuras porque, según argumentan, los municipios no son los responsables de la contaminación de los pozos.

Esperar un año

Desde la conselleria de Medio Ambiente les explicaron ayer que no hay posibilidad de reducir la tasa en 2016 y, respecto a esto, Navarro indicó que no «es lo que querríamos» pero «es una solución de futuro, entendemos que no hay otra opción», dijo. Los municipios pagan esta tasa a la Generalitat Valenciana y la administración autonómica se lo paga a la Empresa Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), que es quien ha hecho las infraestructuras hídricas, las cuales han costado un total de 25 millones. Como la ley de tasas de este año ya está aprobada, desde el Consell dicen que no tienen margen de maniobra porque los ingresos para pagar a la Epsar son los que vienen de la tasa que pagan los ayuntamientos. En 2017 se pretende cambiar esta situación para que se contemple en los presupuestos autonómicos que la Generalitat Valenciana destine una parte de sus ingresos a pagar a la Epsar. Así, los ayuntamientos sólo tendrán que sufragar los costes de explotación.

No obstante, los alcaldes han pedido al Consell que tenga cierta sensibilidad con los municipios que pagarán durante 2015 y 2016 esta tasa y les tenga en cuenta a la hora de acometer mejoras de infraestructuras hidráulicas en los municipios. Y es que, para las pequeñas poblaciones este tributo supone un desembolso que en algunos casos alcanza los 120.000 euros anuales.