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La consolidación de la estructura debe dar paso a la rehabilitación de una planta con pinturas del siglo XVI

Un edificio con historia es siempre una caja de sorpresas ya que la aparición de nuevos elementos obliga a reorientar la actuación proyectada en un primer momento. El técnico municipal Miguel Vila destaca que la información recopilada en esta primera fase refuerza la idea de que el Palau de Casassús original era mucho más grande y prácticamente abarcaba toda la manzana con un cuerpo delantero y dos alas laterales formando una «U» en torno a un patio, mientras que al fondo se encontrarían las caballerizas y la zona de jardines o huerto.

El técnico incide en su céntrico emplazamiento junto a la única plaza que antiguamente existía en la Vila para subrayar que se trata de un inmueble que históricamente, posiblemente también en época musulmana, siempre ha acogido el mando de la villa.

Una vez consolidada la estructura del inmueble y renovadas las cubiertas, la segunda fase de la intervención se centrará en la primera planta, donde se conserva el techado gótico que también hay que restaurar y en la que al realizar unas catas murarias se han documentado pinturas del siglo XVI correspondientes a un zócalo liso con franjas de colores ocre, rojo y negro que rodea toda la sala. p. f. alzira

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