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Montserrat deja atrás los barracones

El colegio Evarist Calatayud estrena nuevo edificio tras nueve años completos en aulas prefabricadas mientras el Severí Torres de Villanueva de Castellón sigue con las obras paralizadas - Normalidad en el primer día de clase en los centros de la comarca

Los alumnos del colegio Evarist Calatayud de Montserrat, al acceder el primer día de clase a las nuevas instalaciones. v. m. p.

La normalidad marcó ayer el regreso a las aulas de los más de 45.600 alumnos matriculados en los diferentes niveles de los centros públicos y concertados de la Ribera, en un inicio de curso que presenta dos caras bien diferenciadas. Por un lado, los alumnos del colegio Evarist Calatayud de Montserrat estrenaban las nuevas instalaciones tras nueve cursos completos con todos los escolares en barracones y, por otro, los alumnos del Severí Torres de Villanueva de Castellón, que lo hacían con la incertidumbre de no saber cuándo podrán disponer del anhelado nuevo colegio -una reivindicación de la comunidad escolar que se pierde en el tiempo- ya que las obras que en esta ocasión sí se llegaron a adjudicar llevan meses paralizadas y la Conselleria de Educación ha abierto un procedimiento para resolver el contrato aunque, al parecer, de momento no hay acuerdo con la constructora.

Así lo explicó ayer el alcalde de Villanueva de Castellón, Òscar Noguera, que no descartó que el pulso que mantienen empresa y administración acabe en los tribunales. Noguera comentó que, «con un poco de suerte», las obras se podrían volver a licitar en octubre y en ese caso concluirían durante el curso 2018/19. El alcalde recordó que la conselleria comunicó a la empresa la finalización del contrato alegando un incumplimiento de los plazos, aunque la constructora presentó alegaciones. «El tema ha pasado por la Abogacía de la Generalitat, que ya ha contestado, y ahora está en el Consell Jurídic Consultiu, estamos en la última fase», incidió Noguera, mientras señalaba que, en base a la respuesta que reciba, es previsible que la constructora acabe interponiendo un contencioso.

La empresa se adjudicó el contrato con una importante baja -según los datos que en su momento facilitó el ayuntamiento las obras se licitaron por 5,2 millones y fueron adjudicadas por 3,9-, si bien pocos meses después de empezar reclamó un aumento del presupuesto alegando que el proyecto no estaba actualizado, unas pretensiones que la conselleria no aceptó.

Òscar Noguera estimó que apenas se debe haber ejecutado un 2% del proyecto y que hay una diferencia entre la cantidad que la empresa reclama para aceptar la resolución del contrato y lo que la conselleria está dispuesta a pagar. Fuentes del departamento de Vicent Marçà señalaron al respecto que la empresa «continúa poniendo impedimentos». «Si van al contencioso y el juzgado autorizara la licitación, en octubre se podría volver a sacar a concurso la obra, lo que implica que se adjudicara la obra en enero o febrero», estimó el alcalde, mientras destacaba que el ayuntamiento ha conseguido permiso para realizar una nueva entrada al denominado Centre Verd, la parte menos antigua del colegio, para mejorar la seguridad de los alumnos que se reparten ahora entre dos edificios separados por una ronda perimetral del núcleo urbano.

Por contra, la satisfacción por el traslado al nuevo colegio era ayer general en Montserrat. La dirección aprovechó la jornada para organizar actividades de bienvenida y mostrar las dependencias a los alumnos -el CEIP Evarist Calatayud cuenta este año con una matrícula de 665 escolares- ya que, mayoritariamente, únicamente han conocido el colegio de aulas prefabricadas. El director, Xavier Carot, explicó que se habían organizado visitas guiadas para dar a conocer el edificio y, a la vez, «aplacar los nervios del primer día de clase de los niños» y admitió como anécdota que algunos maestros aún iban «un poco perdidos».

El alcalde de Montserrat, Josep Maria Mas, por su parte, explicó que la Policía Local y personal del ayuntamiento se había desplegado en los lugares que se se había estimado más conflictivos para el tráfico para informar a los padres dónde se podía aparcar y señaló que todo había funcionado «perfectamente». Mas señaló que la gente está esperando una jornada de puertas abiertas para conocer el colegio tras «nueve años completos en barracones».

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