Una de las intenciones de los integrantes de este proyecto es poner al alcance de los agricultores valencianos todas las semillas estudiadas, pero su escasa organización complica la tarea y el reto. Además, la susceptibilidad de las variedades tradicionales a las enfermedades supone un punto en contra para el labrador por las posibles pérdidas económicas que ello puede conllevar, puesto que las variedades híbridas son más resistentes a cualquier plaga.