Las fallas están dejando su huella en Salamanca. La sexta edición de esta fiesta que exporta la cultura del fuego fuera de las fronteras de la comarca sacudió ayer la ciudad salmantina. Tras la «plantà» del monumento principal elaborado por el artista de Carcaixent, Álex Oliver, en colaboración con el Instituto de Enseñanza Superior de Benicalap, el sábado fue el turno para la Crida y la «Ofrena». El Ayuntamiento de Salamanca dio la bienvenida a las más de 2.000 personas que se han desplazado hasta Castilla y León para vivir tres días frenéticos. La concejala Almudena Parres recibió a Fallers Pel Món y desde el balcón del consistorio, Gema Amores y Nerea Aliques, falleras mayores de la asociación ribereña, invitaron a todos los vecinos y vecinas, así como a los miembros de las 42 comisiones de diferentes localidades de València desplazados hasta Salamanca, a disfrutar de unas fiestas que son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Sin tiempo para el descanso, tras el llamamiento popular, toda la comitiva se dirigió hasta la Catedral portando una réplica de la Virgen de los Desamparados, donde realizaron una ofrenda a la patrona de València. Después de los actos religiosos, fue el turno para los pasacalles, con especial protagonismo para las charangas y la pólvora, cerrando la jornada un castillo de fuegos artificiales, con el que se rememoró la tradicional «Nit del Foc».

Tampoco faltaron los curiosos ni la gente que se acercó sorprendida a comprobar el baño de pañoletas, blusas y la indumentaria regional valenciana. Un sinónimo de éxito que confirma que esta iniciativa, tras pasar por Ávila, Toledo, Granada, Córdoba y Zaragoza, se ha consolidado como un referente para la fusión cultural y festiva entre las provincias y ciudades de todo el territorio nacional. De hecho, el presidente de Fallers Pel Món, José Enrique Amores, se mostró muy satisfecho por la gran acogida y el buen ambiente que se está viviendo en estos tres días de fiesta y fervor.

Turno para el fuego

Hoy, si el tiempo lo permite, tal y como marca el programa, se llevará a cabo una «despertà» y una «desfilà de moros i cristians» gracias a la participación de comparsas de l'Olleria. Asimismo, tendrá lugar un espectáculo de «dançes valencianes», representadas por el grupo les Folies de Carcaixent. También habrá protagonismo para los más pequeños con actividades infantiles y a las 14,00 horas se lanzará una mascletà. A mediodía, el protagonismo se lo llevará la gastronomía con la elaboración de un total de 25 paellas y por la tarde, se repartirán más de 700 litros de Agua de València y 500 de chocolate.

El fin de fiesta lo marcará la cremà de los monumentos. «Arderán aunque llueva, porque el objetivo es que se conozca la cultura valenciana más allá de los tópicos, y que vecinos de otros sitios disfruten igual o más que nosotros», sentenció José Enrique Amores.