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«Dormir en la calle es muy duro, he perdido quince kilos en apenas un mes»

Un matrimonio uruguayo logra una casa en Alzira tras varias semanas a la intemperie, pero necesita ayuda para equiparla Piden trabajo

«Dormir en la calle es muy duro, he perdido quince kilos en apenas un mes»

«Dormir en la calle es muy duro, no se lo deseo a nadie. Yo he perdido quince kilos en un mes». Rossana Acosta y Paul Darío Mancilla tienen ya un techo bajo el que cobijarse de forma provisional, pero la experiencia de las últimas semanas es de las que no se olvidan: las largas noches, por más pronto que amaneciera, en un descampado de Tulell, y los días no menos largos siempre con las maletas a cuestas rumbo a algún servicio público -bien en la estación de Alzira o en algún centro comercial- en el que asearse mínimamente, con parada en la biblioteca para buscar por internet ofertas de trabajo que no llegan.

El llamamiento realizado por Cáritas ha propiciado que una persona les ceda de forma temporal un inmueble vacío, a cambio de asumir los gastos de luz y agua, aunque lo tendrán que abandonar obligatoriamente el 31 de agosto. Una solución provisional. «Hemos recorrido casi todas las inmobiliarias, pero siempre te piden la nómina y además el dinero de la fianza», dos escollos insalvables para esta pareja, explica Darío, mientras Rossana manifiesta con contundencia su voluntad de pagar un alquiler razonable -«no queremos vivir de prestado», afirma-, aunque todo pasa por conseguir un trabajo que les garantice el sustento. «Buscamos trabajo de lo que sea», comenta. Mientras tanto, y a la espera de poder percibir la Renta Valenciana de Inclusión que les garantice unos mínimos ingresos, también precisan ayuda para equipar mínimamente el inmueble.

El cierre de la empresa en la que trabajaba Darío Mancilla le dejó en el paro y, agotada la prestación por desempleo sin encontrar un nuevo trabajo, tuvo que elegir entre pagar el alquiler o comer. El subsidio no daba para más y este matrimonio uruguayo que recaló en Alzira hace dos años -lleva doce en España- abandonó el piso en el que residía. Tras un fugaz paso por Carcaixent, acogidos en una vivienda, Rossana y Darío regresaron a Alzira en busca de mejor suerte, aunque ésta les ha sido esquiva. Solicitaron ayuda en Servicios Sociales y, según señalan, les tramitaron una asignación de 275 euros que ayer aún no habían cobrado. La semana pasada llamaron a la puerta de Cáritas en la parroquia de San Juan que, inicialmente, les abonó tres noches de hotel para que no durmieran en la calle, mientras que un antiguo compañero de Darío pagó otras dos.

El llamamiento realizado por Cáritas a través de la emisora municipal Alzira Ràdio ha encontrado respuesta y la pareja ya dispone de un techo y se muestra agradecida por esta solidaridad que les ofrece una solución transitoria ya que ven remota la posibilidad de optar a una vivienda social. «Dormir en la calle es duro. Cada mañana recoges la maleta empapada por el sereno, no comes bien y no poder utilizar un baño no se lo deseo a nadie», incidía Rossana, mientras señalaba que la situación vivida la he hecho perder hasta quince quilos. «Aunque alguien nos ha dicho que entráramos de okupas, es algo que no va con nosotros, prefiero estar en un banco que ocupar algo no es mío», señala.

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