El panorama laboral de la Ribera no deja, a priori, buenas sensaciones. Así lo confirman las últimas cifras oficiales del Servef, que escenifican que la llegada del verano no ha actuado como el motor de cambio que muchos esperaban. Así, pese a que algunas voces ya se atreven a declarar una presunta salida de la crisis económica que ha azotado a la comarca desde 2008, la realidad es bien distinta. El comienzo de la campaña estival apenas se ha traducido en un descenso en el desempleo a nivel local.
A cierre del pasado mes de junio, en la Ribera convivían 62 parados menos respecto al mes anterior, lo que representa una disminución del 0,4 %. Los agentes del sector esperaban que la firma de los acuerdos de la campaña estival aceleraría la contratación, lo que se traduciría en una mejora de los datos. También apoyaban sus expectativas en el hecho de que muchos ayuntamientos han activado durante estos meses de calor diferentes planes de ocupación destinados, sobretodo, a afectados por la estacionalidad del sector agrícola. Pese a ello, las cifras dejan entrever que las dinámicas de épocas de bonanza aún quedan muy lejanas.
De hecho, los datos permiten identificar un colectivo estable formado por 20.500 personas que no gozan de una ocupación fija en la comarca. Así, en mayo habían 20.578 personas en esta situación, por 20.516 al cierre del pasado mes de junio. La evolución ha sido prácticamente nula.
Paro coyuntural femenino
Por géneros, las estadísticas atestiguan que en la Ribera conviven 12.510 mujeres en situación por desempleo, por 7.988 desocupados. El hecho de que haya 4.510 desempleadas más también constata la necesidad de que las administraciones luchen contra los factores que definen el desempleo coyuntural femenino.
Por otra parte, el sector servicios aglutina más del 50 % de los demandantes de empleo, con 13.995 candidatos. A pesar de la llegada del calor, se confirma un aumento de 654 parados en un mes. Solo cabe esperar que el dato mejore durante los meses de julio y agosto para salvar la temporada; sobretodo gracias al tirón de ciudades turísticas como Sueca o Cullera. En agricultura se registraron 2.070 desempleados a finales de junio, por 2.976 en la industria.
Por ciudades, prácticamente todos los grandes municipios -Alzira, Algemesí, Carcaixent- concentran un aumento relativo de desempleados. El paro baja, mínimamente, en Sueca y Cullera, por citar dos referentes. Y es que los datos propios de los municipios tampoco llevan al optimismo, ya que en el resto de grandes municipios los datos localizan un crecimiento del colectivo de parados. Aunque las cifras mensuales no permitan una lectura halagüeña, el análisis sí es más positivo si comparamos el dato actual con el del mismo periodo 2.017: hay 1.655 desempleados menos. El ritmo de creación de empleo no es alto, pero sí va mejorando.
