El florista de Tous, aunque afincado en Carcaixent, Juan Lluesma, se ha consolidado como un referente de los grandes concursos internacionales. El último galardón que ha conseguido, uno de los más prestigiosos del planeta, ha sido la Copa de Oro del Certamen Internacional de la Rosa, que se celebra las cavernas troglodíticas de Doué-la-Fontaine, impulsado por las escuelas de arte floral más acreditadas de Francia. Lluesma asombró al jurado por la variedad de composiciones que supo realizar con las mil rosas que pusieron en su mano los organizadores y logró imponerse a Japón, el gran referente del sector, que ha conseguido la victoria en casi la mitad de las 59 ediciones del concurso celebradas hasta ahora.

Juan Lluesma regenta una floristería en Carcaixent, aunque gran parte de sus conocimientos profesionales los vuelca en su escuela itinerante de arte floral, que reúne a alumnos de toda España. De hecho, el equipo que le acompañó a Doué-la-Fontaine estaba formado por su hermana María José y un ramillete de sus mejores alumnos de este año: Isabel (Alqueria del Niño Perdido), Juan Luis (Almería) Paco (Madrid) y Gloria (Cuenca). Los seis sorprendieron al jurado con una mesa de cumpleaños repleta de elementos florales que respondía al gran reto planteado este año por el certamen, que reclamaba un trabajo alegórico sobre las golosinas.

Derroche de ingenio y fantasía

De la imaginación de Lluesma y su equipo surgió un gran expositor de dulces en en que no faltaba la gran tarta de aniversario, un brazo de gitano, helados, copas de cóctel o palomitas. Era una explosión de variedad y colorido que también entusiasmó al público. La mayoría de los participantes se decantaron por presentar tartas de cumpleaños, los belgas aportaron un huevo con chocolate, pero ninguno pudo competir con los españoles, ni siquiera los japoneses, cuya nivel tecnológico es siempre de ultimísima generación. «Es muy difícil competir con ellos. Nosotros viajabamos con dos maletas llenas de material y ellos se presentan con un camión», bromea el ganador de Carcaixent. Rusia quedó tercera y tras ella Bélgica, Holanda, e Italia.

Tras ganar, hace unos meses, la Bienal de Venecia y haber conseguido vencer en todas las categorías del concurso internacional de Pescara, Lluesma se plantea nuevos retos. «Este tipo de concursos son un aliciente, ayudan a aprender y a superarte; enriquecen muchísimo y estimulan a mis alumnos, porque suelo llevarme conmigo a los que destacan», destaca el florista de Carcaixent. Burgos le invitó recientemente a decorar la escalinata de la iglesia de San Martín y en febrero viajará a Eslovenia para realizar una demostración ante 150 estudiantes. Tras el premio está como una rosa.