José Miguel Torrent, vecino de Real, ha presentado por escrito una queja en el ayuntamiento de la localidad en la que muestra su rechazo hacia la instalación de la plaza de toros móvil utilizada durante los dos últimos años, ya que una de las puertas del montaje se ubica literalmente pegada a la pared medianera de la hilera de bungalows de la que forma parte su vivienda. El afectado denuncia así el «elevado riesgo de intrusión» y anima al consistorio a volver a instalar un recinto cerrado, «tal y como se hacía antes».
«El año pasado acudí a la Guardia Civil y un vecino presentó un escrito. Llegamos a hablar con gente del ayuntamiento, pero luego no nos han hecho caso», expone el vecino de Real. También se muestra crítico con los responsables de otorgar los permisos: «No sé quién habrá venido de la Generalitat durante los dos últimos años, pero lo que creo es que no está haciendo bien su trabajo. No se puede dar autorización a una plaza de toros que se instala pegada a una casa, lo que causa que un delincuente pueda saltar y ocasionarnos problemas».
Los festejos de este año ya han finalizado y la plaza debería desmontarse durante estos días. Ante este escenario -y por la falta de atención mostrada desde el ayuntamiento- Torrent se plantea acudir a un abogado: «Creo que es lo que haré antes de las fiestas del año que viene, no tengo otra. No tiene sentido que porque ellos decidan ahorrarse un poco de dinero acabemos sufriendo los vecinos de la zona».
Tras la denuncia hecha pública por el residente afectado, este periódico se puso ayer en contacto con Alejandro Blasco, alcalde de Real. El primer edil explicó que «es una instalación que cuenta con todos los permisos, creo que no hay que darle más vueltas al asunto. Está todo claro».
