El bulevar de Tulell ha sido blanco de los actos vandálicos en los últimos años. De la Alzira del futuro solo queda el solar. Esta céntrica zona de paseo, que estaba llamada a ser la nueva imagen de la capital de la Ribera Alta, se encuentra en grave deterioro. Cristales agrietados por las continuas pedradas de todos los tamaños, pintadas con declaraciones de amor, felicitaciones o incluso alguna leyenda más profunda. La urbanización está acabada, pero la ocupación es ínfima. El estado del mobiliario urbano y las aceras ofrece un espectáculo dantesco. Tanto que la comunidad de propietarios ha llegado a proponer la instalación de cámaras para disuadir a los delincuentes, que se ceban con las ventanas y las paredes de las casetas.
La falta de uso y el hecho de que a determinadas horas este punto de la ciudad quede desierto al no haber viviendas ha propiciado esta situación. Al daño provocado por los salvajes se han unido en los últimos meses los perjuicios ocasionados por la virulencia de las últimas tormentas, que han agravado todavía más la realidad. De hecho, el PP de Alzira ha denunciado las graves condiciones en las que se encuentra el bulevar. «Resulta vergonzoso y sonrojante que se abandone este espacio, el cual ha llegado a un preocupante deterioro por culpa del incivismo de las personas, pero también por la inacción del gobierno municipal, provocando su degradación hasta el punto de que muchos vecinos y vecinas no concurren por allí a partir de determinadas horas por la inseguridad», señalaron.
Medidas urgentes
Los populares han solicitado al tripartito que realice tareas de acondicionamiento de manera urgente, reparando los elementos dañados y pintando las entradas al subterráneo con el ornato que le corresponde. Y es que el macroaparcamiento también ha sido acribillado. Sin ir más lejos, han robado en repetidas ocasiones la instalación eléctrica de la fase dos, generando pérdidas por valor de miles de euros. Hoy es un párking fantasma dividido en dos partes que no están comunicadas, una con 1.141 plazas y otra con 450. Algunos enclaves de este sector desértico, después de que la crisis lo dejara congelado, ya han sido reparados en numerosas ocasiones, no obstante, el lavado de imagen apenas dura unas semanas.
«No podemos permitir que el desgobierno al que nos tienen sumidos los partidos de izquierda que gobiernan permitan que algunas zonas de Alzira se encuentren en un estado tan lamentable. Si es necesario que se pongan cámaras de seguridad. ¿O acaso solamente los habitantes del centro de la ciudad tienen derecho a calles nuevas y aseadas?», sentenciaron.
