La presencia de animales de granja como gallos o equinos, además de perros de razas potencialmente peligrosas, ha sido una queja repetida de vecinos del barrio de l'Alquerieta, que siempre han argumentado que en cualquier otro barrio de Alzira no se toleraría que, por ejemplo, hubiera caballos en la calle. La Policía Local ha multiplicado en los últimos años los servicios para acotar las molestias y los problemas de salubridad que estos animales pueden generar en un ámbito residencial, aunque el problema parece difícil de erradicar. El Ayuntamiento de Alzira ha acordado imponer una sanción de 600 euros a un vecino que dejó un poni atado a la puerta de su vivienda y que, además, incumplió la obligación de comunicar el traspaso del animal al registro municipal, como con posterioridad pudieron comprobar los agentes.

Los hechos que han derivado en esta doble multa se remontan al pasado mes de mayo, cuando la Policía Local cursó una denuncia por la presencia de este equino amarrado a la puerta de una casa de la calle Callao, por un lado, y a un carro ubicado en la calzada, por otro, por lo que ocupaba toda la acera y parte de la calle, según fuentes consultadas por Levante-EMV.

El ayuntamiento, tras instruir el oportuno expediente sancionador, considera que el responsable del poni ha cometido una doble infracción de la ordenanza municipal que regula la tenencia de animales. Esta normativa tipifica como infracción grave el dejar atado un animal a una farola, árbol, señales de tráfico o cualquier otro elemento fijo o móvil y como un incumplimiento muy grave el no comunicar al censo o registro, en el plazo de quince días, «el traspaso, donación robo, muerte o pérdida del animal». La ordenanza prevé en el primer caso multas de entre 150 y 300 euros mientras que, en el caso de la infracción muy grave, sanciones que pueden llegar a los 450 euros.

El expediente tramitado se ha resuelto con la imposición de dos multas en su grado medio, una de 225 euros por dejar el animal en la calle y otra de 375 por no informar del traspaso, sin que el implicado llegara a formular alegaciones en su defensa durante el procedimiento.