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El hallazgo de un documento data un siglo antes la escultura del Jesús de Llombai

El historiador Vicente Sanz Viñuelas encuentra el contrato del escultor Domingo Ximeno fechado el 8 de mayo de 1698 La figura fue escondida en una doble pared durante la Guerra Civil

Importante hallazgo histórico en Llombai que obliga a repensar uno de los símbolos más importantes del municipio. Un 8 de mayo de 1698, tres elegidos de la cofradía del Jesús, reunidos en la iglesia del convento de la Santa Creu de Llombai, se reunieron con el escultor Domingo Ximeno para encargarle un encargo especial: «Un Jesús de maçoneria de cinc pams d'alt sinse la peana, a imitació del retaule del Jesús de la iglesia de predicadors de Valencia y una peana», que debería estar terminado para el día de Navidad de ese mismo año.

Vicente Sanz Viñuelas, historiador e investigador de Llombai, realizó este descubrimiento el pasado mes de septiembre en el archivo del Patriarca de València, al trabajar en un protocolo del notario Pere Meseguer. Un documento manuscrito que consta de trece hojas.

Con dicho hallazgo se puede datar la referida escultura, la cual se pensaba que era del XVIII, y que se ha conservado en la referida iglesia desde su realización, aunque ha variado su localización dentro del templo, pasando de estar en la capilla de la derecha, según se baja del altar mayor, a su actual ubicación en una hornacina al lado izquierdo de la puerta de la iglesia, según se entra en el centro religioso de la localidad ribereña.

La escultura del Jesús, que ha pasado por diferentes guerras y vicisitudes, se pudo salvar de la quema que se produjo al inicio de la Guerra Civil gracias a las hermanas Rosa y Dolores Ferrando (conocidas como «Les Macenes»), quienes lo escondieron en su casa de la calle Valencia, en el número 2, detrás de una doble pared.

Se tenía constancia por diferentes publicaciones anteriores de la existencia de la Cofradía del «Dolcissim nom de Jesús», y de diferentes datos aportados por Vicente Bisbal Del Valle y el desaparecido Manuel Ardit, pero hasta la fecha nada se sabía ni había sido publicado acerca de esta escultura, un dato de menor relevancia, pero no por ello de menor importancia, dentro de la historia del convento. Como dato anecdótico hay que señalar que esta escultura, así como el altar que previamente los miembros elegidos de la cofradía habían mandado realizar para la escultura y su capilla costaron un total de 160 libras valencianas, que pagarían en tres pagas.

Devoción

La devoción por el «Jesús», el «Niño Jesús de Praga» o «el Niño de la Bola» se originó a mediados del siglo XVI y pronto se extendió por toda Europa, estando presente en Llombai ya en el XVII, que a finales de la centuria decidió tener su propia imagen, la cual se puede contemplar, vestida de seda y terciopelo y bordada en oro, en perfecto estado en vísperas de cumplir sus 320 años de existencia. Un hecho de gran importancia local.

Aunque con el paso del tiempo la cofradía del Jesús desapareció, posteriormente y durante mucho tiempo, el «Jesús» acompañaba a los niños de la primera comunión en la procesión que se celebraba por la tarde, aunque desde hace algunos años también ha desaparecido esta costumbre, quedando inmóvil en su pedestal dentro del templo.

Sea como fuere, se puede afirmar gracias al documento encontrado por Sanz Viñuelas que el «Jesús» es la tercera escultura más antigua de la iglesia, así como del Marquesat, por detrás de la de la patrona de Llombai, la virgen del Rosario, y una pequeña talla de Santo Domingo.

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