La temporada de la quema de la paja del arroz ha finalizado sin crear problemas de contaminación en el área metropolitana de València, como sí sucedió el año pasado, fructificando un debate público que obligó a las administraciones a intensificar el estudio de cuál es la forma más adecuada para dar solución a la necesidad de los labradores. No ha habido problemas por dos cuestiones entrelazadas.
La primera es que ha llovido dentro de los parámetros normales para los meses de septiembre y octubre, lo que corrige en cierta medida la precariedad hídrica que sí se vivió el año pasado. Además, ha resultado un mes muy frío, según los datos de Aemet. Todo ello ha provocado que con trabajos de esparcimiento y limpieza se haya debido de lidiar con una paja que no se ha podido quemar. No han existido suficientes días sin lluvias para poder llevar a cabo un programa de quemas que eliminase los restos de la temporada y sólo se ha calcinado entre un 5 y un 10 % de todo el material cortado. Sin embargo, no se han registrado problemas de contaminación del agua, por lo que la mortaldad de peces ha sido la normal, sin darse ninguna situación extraordinaria que sea destacable.
Cuando se suceden las lluvias, los labradores aplican diferentes medidas que también pueden ser efectivas para lidiar con la paja. El presidente de la comunidad de regantes de Sueca, José Pascual Fortea, explica que las cifras de lluvias registradas este año son las normales, por lo que las quemas que provocaron problemas en el área metropolitana de València fueron ocasionadas por periodos de sequía extremos «que no se repetirán. El 95 % de los años habrá lluvias como éste y por tanto no se quemará tanta paja».
Los agricultores valoran enormemente la voluntad de llegar a acuerdos que ha mostrado en los últimos meses la Conselleria de Medio Ambiente, con Fran Quesada desde la secretaria autonómica. Según expuso ayer Fortea, «ha habido mucha sintonía con la conselleria porque en todo momento han querido escuchar las necesidades de los agricultores y han mostrado voluntad de adaptarse. Se han celebrado muchas reuniones».
También realiza una valoración positiva el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, que considera que el método de quemar el margen izquierdo este año y el derecho el próximo ha permitido que fuese más rápido y menos molesto para la ciudadanía. «Estamos más satisfechos que en 2017», dijo Jordi Mayor.
