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El otoño más lluvioso en décadas que presagia el cambio climático

Los expertos consideran que el «atípico» temporal de lluvias es uno de los primeros síntomas del nuevo tiempo Auguran que los episodios de precipitaciones torrenciales serán la tónica en el futuro

Los meteorólogos no tienen dudas: «Lo que está sucediendo supone los primeros síntomas del cambio climático y la ciudadanía debe acostumbrarse a lluvias torrenciales que pueden crear situaciones de riesgo». Es la afirmación de uno de los mayores especialistas en el clima del territorio valenciano, el algemesinense Jovi Esteve. El meteorólogo destacó ayer, en palabras a este periódico, lo extraordinario que supone el otoño que se está viviendo, con temporales de lluvias muy continuados «que no se observaban en muchos años. Será muy complicado que se repitan».

Y es que existen indicadores que desvelan que se puede estar experimentando con uno de los otoños más húmedos de los últimos ochenta años. Con protagonismo especial, además, para la Ribera, una de las comarcas que más lluvia han concentrado en las últimas semanas y con episodios de inundaciones que han recordado viejos fantasmas.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en València ciudad se registran ya treinta y cuatro días de lluvia desde el 1 de septiembre, el récord con las cifras que hay recogidas desde 1938. En la Ribera, los registros son similares y se puede afirmar sin problemas que es uno de los otoños (que además está lejos de acabar) con más precipitaciones en muchas décadas. «Llevábamos cinco otoños en los que no había caído ni gota y ahora vivimos una situación extraordinaria. Hay importantes desajustes atmosféricos y esta persistencia de las condiciones atípicas hace que veamos el cambio climático detrás. La ciudadanía debe ir familiarizándose», aduce Esteve.Evolución positiva

Según las predicciones que hace el representante de Inforatge, a partir de hoy la situación cambiará drásticamente ya que se corta el viento de componente marítimo y se prevé una subida generalizada de las temperaturas y la desaparición de las lluvias. Durante varias semanas ha existido un muro en forma de anticiclón en el centro de Europa que provocaba que las borrascas procedentes del Atlántico se estacionaran sobre la península ibérica, con especial gravedad en el territorio valenciano al coincidir con el viento húmedo y cálido llegado del Mediterráneo. La circulación normal de las borrascas a partir de hoy permitirán la subida de las temperaturas entre cinco y siete grados y la siguiente situación de inestabilidad se prevé para el viernes, aunque los vientos secos sólo provocarán precipitaciones dispersas.

La alerta roja declarada hasta ayer por la tarde, mantuvo la alarma de los ayuntamientos, que trabajaron con grupos de emergencia durante todo la jornada. Muchos alcaldes y alcaldesas de la comarca forman parte de un grupo de «WhatsApp» para coordinar más eficientemente las emergencias meteorológicas.

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