El contencioso histórico que mantienen los regantes de Villanueva de Castellón y Sumacàrcer a cuenta de la gestión de la Real Acequia de Escalona, que el jueves abrió una fase de deshielo con el compromiso de los últimos de reactivar su comunidad de regantes, constituida por imperativo legal y conocida por ello como la Forzosa, aunque prácticamente inerte desde su creación en 2006, ha tenido tiempo a lo largo de los años de llegar incluso al Tribunal Supremo. Era sabido que un grupo de propietarios que se oponía a la constitución de esa comunidad y, especialmente, a quedar integrados en ella, había pleiteado contra la Confederación Hidrográfica del Júcar hasta llegar al Alto Tribunal, aunque no había trascendido la resolución.
La comitiva de la CHJ que el jueves participó en una cumbre sin precedentes entre los regantes de Villanueva de Castellón, representados por la directiva de la Real Acequia de Escalona, y los de Sumacàrcer, explicó que el Tribunal Supremo había avalado finalmente la resolución por la que la CHJ ordenó la constitución forzosa de la Comunidad de Regantes de Sumacàrcer en lo que debía ser un primer paso para ordenar una gestión del agua que el Consejo de Estado calificaba de anárquica. La responsable del Servicio de Comunidades de Usuarios explicó a los regantes que el TS había desestimado el recurso de casación interpuesto por estos propietarios y confirmado la sentencia inicial del TSJCV, en una resolución fechada en el año 2016.
Cabe recordar que los regantes de Sumacàrcer constituyeron su comunidad en 2006 aunque se han resistido a que funcionaria con normalidad con el pulso por mantener unos derechos históricos sobre la acequia como telón de fondo.
La Real Acequia de Escalona se construyó en el siglo XVII en base a sendos privilegios de Felipe II y Felipe III y aprovechó en su tramo inicial la primitiva Acequia de Sumacàrcer tras vencer la resistencia del señorío con una serie de concesiones que se plasmaron en la Concordia de 1605, que para los regantes de Sumacàrcer continúan vigentes. Ésta establecía la obligación de los regantes de Vva. de Castellón de mantener la acequia en perfecto estado y abonar todos los gastos que ello conllevara «en compensación con el gran favor de que sus aguas puedan circular junto a las de Sumacàrcer por el cauce de 'la dita cequia'». El propio Comisario reconoció que este privilegio choca con la legislación, aunque señaló que lo deberán determinar los tribunales.
Los regantes de Sumacàrcer se comprometieron el jueves a reactivar la comunidad y participar en la gestión del agua, si bien reiteraron su negativa a colaborar en los gastos en base a ese derecho histórico.
El alcalde de Sumacàrcer, Txema Peláez, abogó por alcanzar una solución definitiva. «Creo que el municipio no se merece pasar por estas situaciones de tensión continua cuando se puede solucionar con buena voluntad. En el tema del agua hay que una legislación que obliga, lo que no es incompatible con defender unos derechos», comentó, mientra señalaba que los regantes no pueden estar «de espaldas al mundo» y el agricultor siempre a la espera de «si llueve o no».
