El Macizo del Caroig funcionó durante la prehistoria como un auténtico cruce de caminos perfectamente estructurado por el que a lo largo de milenios se desplazaron grupos humanos y animales. El descubrimiento en las montañas de Tous de sucesivos abrigos con pinturas rupestres no es ajeno a ese entorno en el que, en el año 1911, se localizó el primer conjunto con arte rupestre de la Comunitat Valenciana. Fue en Ayora, en el Abrigo de Tortosilla.
Las particulares condiciones de un territorio en el que abunda el agua -el Xúquer separa actualmente los términos municipales de Tous y Millares- y los recursos forestales, excelente por tanto para el desarrollo de la ganadería, propiciaron una ocupación continuada de esta cuenca media del Júcar y la presencia humana dio lugar a estas formas de expresión que 7.000 años después aún se conservan. Allí donde se han realizado prospecciones sistemáticas han aparecido pinturas prehistóricas. En el caso de Tous, el inventario se abrió con el descubrimiento en 1968 de un abrigo en el Barranco del Coy por parte de montañeros del Centro de Excursionista de València, que cayó en el olvido, si bien han sido los hallazgos del arqueológo local Ximo Martorell los que han multiplicado esa relación, que cuenta actualmente con 31 cavidades. Diez contienen pinturas prehistóricas de cronología neolítica en las que predominan las muestras del Arte Levantino mientras que, en otras cuatro, junto a las prehistóricas ha localizado también históricas.
La abundancia de conjuntos rupuestres identificados, más de un centenar en el conjunto del Caroig, apunta Martorell, contrasta con la escasez de información de su contexto arqueológico. «Tous podría ser el ejemplo paradigmático, ya que en su término municipal se conocen catorce conjuntos con manifestaciones rupuestres prehistóricas, pero sin embargo no se dispone de información acerca de su contexto arqueológico, pues no se ha excavado ninguno de los yacimientos de hábitat que se asocian a las mismas», comenta. La Generalitat llegó a autorizar un proyecto de excavación en la Cueva de Pertecates, una gran cavidad que hasta una época muy reciente se ha utilizado como refugio del ganado. La crisis paralizó la prospección arqueológica y la relegó al olvido. «La idea es retomar el proyecto y poner en valor la cavidad e, incluso, que se recupere para uso ganadero», comenta Martorell. La excavación permitiría recabar una valiosa información aunque, subraya el técnico, en base a las «regularidades» que los arqueólogos han podido establecer, allí donde habitan las comunidades prehistóricas, «normalmente no pintan».
Fiebre investigadora
Contexto geográfico
Camino de los primeros neolíticos
