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La lección escolar que Cullera no olvida

Rafael Arizo es considerado uno de los grandes innovadores pedagógicos y su paso por el centro laico marcó un antes y un después en la localidad

La lección escolar que Cullera no olvida

Arizo nació en València el 30 de marzo de 1879. Tras cursar sus estudios de Maestro de Primera Enseñanza Elemental ser el primero en sus oposiciones, comenzó su carrera docente en la Escuela Pública Superior de Aiora en 1911. Cuatro años después fue trasladado a Cullera. Además, se hizo miembro de la asociación Exploradores Cullerenses y fue director de la revista mensual Adelante.

No obstante, su relación con la localidad costera comenzó mucho antes. Como paso previo a su dedicación a la escuela pública, Arizo, con sólo 28 años y acabado de casarse, fue nombrado director de la escuela laica de Cullera. Era el año 1907 y poco tardaría, como recuerda el autor, en ser considerada «una de las escuelas laicas más avanzada y mejor dotada del todo el País Valenciano». Allí estuvo hasta 1911, momento en el renunció a su cargo tras obtener la plaza en Aiora.

Librepensamiento

La escuela laica de Cullera fue «un proyecto de la Lliga de l'Ensenyament promovida por el republicanismo local al calor del casino republicano», comenta Ferrús al respecto y añade que fue una experiencia educativa que el blasquismo venía poniendo en marcha desde el año 1900, creando progresivamente una escuela laica-republicana en cada uno de los casinos locales que gestionaba y controlaba el partido, con vínculos claros con la masonería y el librepensamiento». Aquellos que sostenían la escuela laica eran reconocidos, de la siguiente manera, en una publicación de El Pueblo: «Dignísimas personas que, a costa de grandes sacrificios, han hecho de Cullera lo que el mismo Estado no supo o no quiso hacer: un suntuosos edificio para escuelas primarias graduadas, dotándolas de tres maestros titulares, mejor retribuidos que los oficiales».

Bajo la dirección de Rafael Arizo logró ser una «escuela avanzada, innovadora, activa, moderna, bien dotada, con maestros bien retribuidos, organizada en grados, de las primeras y escasas escuelas graduadas que había en todo el estado español y totalmente laica», subraya el autor. «Esta escuela, con una práctica pedagógica 'sin duda, tan avanzada como la mejor de las escuelas racionalistas', es clausurada tras los conocidos como 'sucesos de Cullera' y ya no volverá a abrir sus puertas hasta octubre de 1922, pero como Escuela Nacional Graduada, después de que el ayuntamiento comprara el edificio en 1915», añade.

El paso por Cullera dejó huella en Arizo, que llevó a cabo fuera de la localidad el resto de su vida profesional. De hecho, se le considera parte de un grupo de maestros precursores de la innovación pedagógica en la Comunitat al «desarrollar su quehacer pedagógico a caballo entre dos siglos y ser un modelo de generaciones posteriores». De hecho, en 1929 formó parte del denominado Grupo de Valencia de la Liga Inernacional de Educación Nueva. También destacó por la creación y gestión de colonias escolares. Sus coetáneos le definieron como «un hombre encanecido entre los niños y al servicio del más acendrado espíritu laico».

Inhabilitado por la dictadura

Con el cambio de régimen político, Arizo unió a su implicación profesional su implicación política «asumiendo el importante papel que la República asigna a los maestros como alma de la escuela y pieza clave para despertar conciencias», destaca Ferrús. Durante aquella época, además, «vio fructificar en sus tres hijos los ideales educativos por los que luchó y trabajó durante tantos años». Además de destacar como docentes, también lo hicieron posteriormente como enérgicos luchadores contra el fascismo. La dictadura fue relativamente benévola con ellos, ya que no acabó con sus vidas. Padre e hijos tuvieron que enfrentarse al Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que los condenó. Tuvieron que pasar nueve años en libertad vigilada. Tras ser inhabilitado, Arizo trabajó como contable y dando clases a domicilio. Murió el 12 de marzo de 1967.

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