La vanguardia del sector secundario en la comarca avanza a buen ritmo. Ayer Dismuntel, la empresa de electrónica de Algemesí, inauguró su nueva nave en el polígono industrial Cotes B que acogerá toda la línea de producción de la compañía, movimiento que han acometido con el objetivo de mejorar la eficiencia de la empresa, en primer término, y posibilitar con ello un incremento en las exportaciones, lo que representa el principal objetivo de la productora tecnológica algemesinense en el largo plazo, según explicaron ayer los responsables de la empresa.
Miguel Ángel Calpe, gerente de Dismuntel, subrayó que esta ampliación les ha dejado «tremendamente satisfechos» a pesar de que ha sido una actuación ligera en el tiempo para lo que suele ser habitual en operaciones de esta magnitud. «Si me preguntas hace tres meses, no te hubiese dicho que estaríamos aquí. Pero las circunstancias que acompañan a cualquier trabajo, a veces, hacen que tengas que cambiar la marcha», explayó.
En tres semanas, la línea de producción se ha trasladado a la nueva nave, de alrededor de 1.200 metros cuadrados. Allí se encuentra toda la maquinaria que ensambla los chips electrónicos luego almacenados en el mismo edificio y repartidos a empresas de todo el mundo, desde Estados Unidos hasta China. En las oficinas que ya disponían, situadas a unas decenas de metros en el mismo polígono de Algemesí, se ha quedado la rama administrativa y el diseño e ingeniería de los productos. La inversión total en la compra, acondicionamiento y traslado de la maquinaria asciende a 1.400.00 euros, un montante que se invertirá en su totalidad hasta el año 2021.
Cinco millones en ventas
Dismuntel abrió en 1997 con una idea en mente: «Lo normal es crear una línea de negocio orientada a una tipología de producto, pero nosotros queríamos adaptar nuestra producción al cliente», explicó Calpe. Ello se traduce ahora en una oferta que abarca desde la automoción hasta el equipamiento de smartcities, pasando por las aplicaciones de la tecnología en la agroalimentación o la biomedicina. La facturación en 2018 alcanzó los 5.300.000 euros, pero la práctica totalidad de los beneficios se han venido reinvirtiendo en la misma empresa, «sobre todo en I+D+i, equipamiento e instalaciones», resumió la gerencia.
