El edificio Atarazanas marca actualmente con 52 metros de altura el techo de las construcciones urbanas de Alzira, aunque parecerá pequeño si algún día se construyen los rascacielos de 25 y 30 alturas que contempla el planeamiento vigente en ese mismo sector, Tulell. La sensación será incluso mayor en la emblemática avenida Santos Patronos ya que todas las torres de Tulell triplicarán la altura de sus edificios.

Fuentes del sector consultadas señalaron que la altura teórica de los edificios de la avenida es de 30 metros mientras que la torre más alta que tendrá cabida en Tulell, con treinta plantas, estimaron que superará los 110 metros de altura. Cabe señalar que estos rascacielos deben contar con las denominadas plantas técnicas, que no computan a efectos de edificabilidad, pero que son fundamentales para el equipamiento y la seguridad del inmueble. Por lo que respecta a los otros nueve rascacielos que tendrán cabida junto al bulevar central de Tulell, también triplicarán ampliamente la altura de las fincas de la avenida ya que, en base a estos mismos cálculos, rondarán los cien metros de altura.

Una medición de las fincas que conforman el «skyline» de Alzira realizada por Rubén Pastor para el segundo volumen que recopila la historia de las calles y plazas de la ciudad, en la que Pastor trabaja junto a Aureliano Lairón, revela que el edificio Atarazanas, el solitario bloque que emerge junto al paseo central de Tulell y que se encuentra tapiado para evitar robos, es en la actualidad la finca más alta de Alzira con una cota de 52 metros, por delante del edificio Mayvi, el bloque construido a principios de los años sesenta en la plaza del Reino, que en su cuerpo central alcanza los 47 metros; la finca de la Torre, con 42 metros y el edificio Hábitat, también ubicado en Tulell, a la entrada del bulevar, que mide 41 metros.

No obstante, cabe recordar que la nueva ordenación de esta área de expansión del casco urbano de Alzira contempla la construcción de nueve fincas de hasta 25 alturas en un lateral del paseo central, mientras que en la cabecera del mismo, en el solar denominado M-10, junto a la plaza de la Generalitat, tendrá cabida una construcción de hasta treinta alturas.

Algunos de estos rascacielos se llegaron a presentar -e incluso en algún caso se inició la comercialización de viviendas- en los años del «boom» inmobiliario, si bien el estallido de la crisis provocó un frenazo en seco de la construcción y, de hecho, empresas que habían iniciado las obras de nuevas promociones en el sector Tulell las paralizaron mientras que otras que únicamente habían solicitado la licencia de obras acabaron reclamando la devolución del importe abonado.