El cielo ha marcado este año, más que nunca, las celebraciones de la Semana Santa. La borrasca que sacude desde el jueves buena parte de la península no ha dado tregua y ha impedido que miles de penitentes tomaran las calles para cumplir una tradición ancentral. La relación de las procesiones que rememoran la Pasión de Jesucristo con la lluvia es casi tan secular como la fiesta, ya que el calendario siempre reserva para estas fechas el menú propio de la primavera: un tiempo revuelto e inestable. Resulta muy frecuente que algún chubasco desluzca alguno de los muchos desfiles que se programan, pero este año se han llegado a suspender algunos de los más significativos: aquellos que se reservan al Jueves y Viernes Santo. Ayer no salió a las calles niguna de las procesiones del Santo Entierro previstas en la comarca. Las calles de Alzira, tan bulliciosas en una jornada tan solemne, se mostraban vacías.

Aunque la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Alzira había aplazado la decisión hasta el mediodía de ayer, para decidir con mayor precisión si se suspedía o no la procesión, ajustándose así a la evolución meteorológica, la ausencia de los operarios que instalan las miles de sillas a lo largo del itinerario y una llovizna pertinaz anticipaban que el desenlace no podía ser otro: la suspensión de todos los actos. «Ante la previsión de lluvia persistente para la jornada, se ha tomado la decisión unánime de suspender la procesión, ya que la lluvia desluce el acontecimiento y daña los pasos de la Semana Santa». Ese fue el comunicado oficial emitido a las 12:15 horas.

Si se tiene en cuenta que en la asamblea en la que se adoptó el acuerdo participaron los representantes de las 18 cofradías de Alzira se puede intuir el nivel de resignación alcanzado. Las hermandades preparan durante meses los actos y cuesta asumir la decepción, pero no había otro camino. El último antecedente de 2011 no invitaba precisamente al optimismo. Ese año la lluvia se coló en el desfile. La mayoría de las valiosas esculturas sacras que procesionan a hombros de los penitentes tuvieron que protegerse con grandes plásticos y la tensión acumulada estalló cuando uno de los responsables del Sepulcro ordenó que la cofradía abandonara la procesión cuando todavía quedaba un largo tramo hasta alcanzar el punto de llegada. La decisión provocó una trifulca en el cruce de la calle Hort dels Frares, hoy peatonalizada, que obligó a intervenir a la Policía Local dado que algunos cofrades, partidarios y detractores de la medida, llegaron a las manos entre los insultos de una parte del público que también se mostraba muy enojada.

La lluvia ha forzado la suspensión o el retraso en el horario de salida de procesiones de la Semana Santa en los años 2007, 2009, 2011 y 2012. Es un problema recurrente que nadie puede solventar. El desarrollo de la jornada de ayer corrobora el acierto de la decisión de anular la procesión más multitudinaria de Alzira. Ni la lluvia ni las fuertes rachas de viento aconsejaban aventurarse. El silencio se impuso frente al sonido acompasado de los tambores. Otro año será