Las precipitaciones y las procesiones con imágenes religiosas forman un binomio que, pese a que se repite a lo largo de la historia, suele ser bastante incompatible. Las gotas de lluvia son un elemento tan delicado como las propias figuras procesionales, que pueden sufrir daños por el contacto excesivo con el agua. Algunas de éstas son de tanto valor, tanto cultural como económico, que necesitan la mejor de las protecciones. Es el caso de la Mare de Déu del Castell de Cullera, que recientemente ha estrenado un cúpula de metacrilato que la resguarda las inclemencias del tiempo. En muchas ocasiones, los feligreses son capaces de aguantar el temporal para contemplar las procesiones más tradicionales. Pero no así las delicadas imágenes religiosas. Situación que ya se ha solventado.
Cullera está inmersa en sus fiestas patronales, las cuales tendrán una continuidad la próxima semana con motivo del centenario de la Coronación de la Virgen de la Encarnación como patrona de la localidad costera. La efeméride lo merecía y las camareras de la Virgen, Mariam Aragó y Lourdes Falcó, tuvieron el detalle de dotar a la imagen religiosa de la protección que necesita para resistir al temporal.
La cúpula de metacrilato se estrenó el pasado miércoles. La Mare de Déu del Castell se disponía a visitar la barriada de La Bega, pero instantes antes de que la imagen religiosa saliese de la iglesia empezaron a caer unas cuantas gotas de lluvia. Los feligreses ya temían por la suspensión de la procesión, pero eso no ocurrió ante sorpresa de todos. La virgen contaba con una protección que le permitía desfilar por las calles.
