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Algemesí Gobierno y oposición situados a la izquierda

La fragilidad de un bipartito (PSPV y EU) en minoría y los continuos rifirrafes con la marca local de Compromís protagonizan la legislatura

Pere Blanco, Marta Trenzano y Josep Bermúdez han sido tanto aliados como enemigos. levante-emv

La noche del 24 de mayo de 2015 marcó un antes y un después en la política comarcal. El caso de Algemesí, no obstante, es uno de los más peculiares. El panorama que se dibujaba no era diferente al de otras localidades. La unión de la izquierda permitía arrebatarle el poder al PP. Eso ocurrió. Pero no de la manera más ortodoxa. PSPV y EU formaron un gobierno bipartito que contó para constituirse con el voto de Més Algemesí, aunque esta marca local de Compromís se quedó fuera del pacto progresista y dejó a la coalición gobernante en minoría. La formación nacionalista, con Josep Bermúdez a la cabeza, se convirtió tanto en valedora del ejecutivo como en su principal enemigo desde la oposición. Se daba paso así a una legislatura complicada y agotadora, marcada por las tiranteces y las dificultades.

Podría decirse que el PSPV y EU han hecho lo que les han dejado. Ni más, ni menos. Los nueve concejales de ambas formaciones eran insuficientes para que las propuestas planteadas en los plenos saliesen adelante. Siempre han necesitado el voto a favor o la abstención del PP o Més Algemesí, partidos que al bloquear la gestión evidenciaban repetidamente quién ostentaba en realidad el mando.

Un buen ejemplo que ilustra la situación se dio a la hora de aprobar los distintos presupuestos. Si bien es cierto que el nuevo gobierno tuvo que salir adelante el primer año (2015) con las cuentas del PP, elaborar y aprobar las suyas ha sido una auténtica odisea. Tras limar asperezas y superar duras negociaciones, el bipartito y Més Algemesí pactaron las cuentas de 2016. No obstante, la relación entre las tres fuerzas progresistas se enquistó sobremanera en ese instante. Més Algemesí y PP incluso se aliaron para dejar sin sueldo a tres ediles.

Convertido en un guadiana inacabable, Bermúdez solicitó aquel año entrar en el gobierno. En realidad lo intentó varias veces para consolidar y estabilizar el gobierno progresista con una sólida mayoría en el hemiciclo. Pero nunca fue posible porque los egos se antepusieron al interés común de la izquierda. Ante la falta de entendimiento, PSPV y EU se vieron forzados a negociar con el Partido Popular hasta que su abstención permitió aprobar las cuentas de 2017. El pacto con el PP ya no se volvería a repetir. Tanto para los presupuestos de 2018 como para los de 2019, el bipartito contó con el beneplácito de Més Algemesí.

Bermúdez ha conbinado su mano tendida con cruentos ataques contra los dirigentes municipales. Ese ha sido el signo de la legislatura. El PP también ha presionado pero de manera más moderada mientras reservaba energías para recomponer internamente el partido y preparar una renovación que cobró toda su expresión al darse a conocer la nueva candidatura.

Logros y fracasos

Pese a las dificultades, PSPV y EU han logrado hitos reseñables en cinco áreas: promoción económica, agricultura, política social, educación y medio ambiente. Ese último aspecto, por ejemplo, quedó descuidado durante los gobiernos del PP. En la actualidad, los edificios públicos se abastecen de fuentes de energía renovable.

El bipartito cifra en un 33 % el incremento de las cuantías destinadas a la educación, ya sea a través de la subvención de libros de texto o de las mejoras en las escuelas infantiles municipales. Las ayudas sociales han aumentado un 41 %. Acceder a ellas es hoy más sencillo. Antes la baremación era más estricta. También se han incrementado las inversiones realizadas en la agricultura (un 118 %, según fuentes municipales) y las destinadas a la dinamización del sector económico local (un 59 %).

Pese a ello, son varios los proyectos que han quedado inconclusos. La construcción de una piscina o del pabellón cubierto (pese a que las gestiones están avanzadas) no se han materializado. Tampoco la ampliación del centro de salud, aunque se ha desatascado tras pasar el departamento de salud comarcal a manos del Consell. Otra de las inversiones necesarias que tampoco han visto la luz es la habilitación de un nuevo espacio que permita al centro de música y danza y a la Societat Musical de Algemesí dejar de compartir las mismas instalaciones.

La irrupción de Vox, que superó el 15 % de los votos el 28-A, y la pujanza de Ciudadanos, que superó al PP, dibuja un panorama incierto. La marcha de Bermúdez abre ahora la incognita de saber si Lorena Calatayud seguirá los pasos de su antecesor o preferirá los de Compromís en el Pacte del Botànic.

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