El contundente resultado electoral -una clara mayoría formada por Compromís (8 ediles) y el PSPV (6 escaños)- no hacía presagiar un panorama tan incierto una semana antes de constituirse la nueva corporación municipal. La manifiesta enemistad entre la alcaldesa nacionalista, Raquel Tamarit, y el candidato socialista, Dimas Vázquez,ha abierto el abanico de posibilidades. El dirigente del PSPV desea fervientemente alcanzar la alcaldía y se ha puesto a negociar un acuerdo con Ciudadanos y los independientes del GISPM que necesitaría de los votos y al menos del apoyo externo del PP, una fórmula que no agrada a la cúpula del PSOE valenciano y, tampoco, por lo que ya se conoce, a una parte de la militancia socialista suecana que ya critica abiertamente los planes de Vázquez.
Las primeras voces críticas han surgido dentro de la agrupación local del PSPV. Un grupo de militantes ha mostrado su malestar con la decisión tomada por la ejecutiva para tantear un pacto con GISMP y Ciudadanos. Benjamín Mompó, el joven que se enfrentó en primarias a Dimas Vázquez, desveló ayer que la supuesta unanimidad existente dentro del colectivo local socialista de la que presumía el portavoz municipal es un espejismo. Las voces discrepantes que no aceptan que se pueda pactar con la derecha, ni con el PP ni con Ciudadanos, comienzan a hacerse oir.
«Los problemas personales se han de aparcar y mirar siempre por el bien de la ciudadanía», terció ayer Mompó. El grupo crítico surgido en la agrupación socialista de Sueca reclama que Dimas Vázquez y la ejecutiva local «sigan las directrices que desde València se están marcando y que recomiendan en todo caso no pactar con las derechas».
Los militantes discrepantes sostienen que «mirar dos legislaturas atrás, para recordar los pactos que se realizaron en aquel momento, no es una actitud positiva para poder mirar al futuro con optimismo». Vázquez ha reconocido sentirse aún molesto por la forma en que Compromís despreció entonces al PSPV al preferir aliarse con el GISPM antes que con los socialistas. Frente a esa posición, el grupo de militantes crítico defiende que «hoy es preciso romper las barreras personales que separan a los grupos políticos para trabajar por el bien común de la ciudadanía de Sueca».
Desde que se reunieron a principios de semana, tras una Junta de Portavoces, ante la insistencia de Tamarit en forzar la conversación, no ha habido un nuevo contacto entre la alcaldesa y el líder socialista local. De hecho ayer, a primera hora de la mañana, se celebró un pleno extraordinario y ni antes ni después Vázquez aprovechó la cercanía para hablar con la primera edil. El acuerdo del socialista con Ciudadanos está muy avanzado. Todos los demás no están ni mucho menos cerrados.
