El gran impacto que ha tenido el caso de Marta (nombre ficticio) y su marido, la pareja sin vivienda que desde hace cinco meses duerme en un automóvil mientras sus dos hijos pequeños se quedan en casa de sus abuelos, ha despertado la solidaridad. Varios particulares le han ofrecido ayuda en forma de casas en alquiler e incluso un empleo. El problema radica en que se trata, en todos los casos, de soluciones que se encuentran lejos de Alzira, hecho que ha llevado a la pareja a declinar estas alternativas. El motivo, según explicaron ayer desde la agrupación local de Cáritas, es que la pareja no quiere abandonar la capital de la Ribera porque ello obligaría a que sus niños se separasen de sus abuelos, extremo al que no quieren llegar en este momento por la importancia que supone su compañía para los menores.

Así, se mantienen de momento a la espera de la vivienda social que tienen asignada por parte del Ayuntamiento de Alzira y la Conselleria d'Habitatge desde principios de año, pendiente de que se salven algunos trámites burocráticos. Ayer todavía no había llegado ningún ofrecimiento de casa en Alzira, aunque sí de otro tipo de ayudas: «Pañales, comida, ropa... Pero es que no necesitan nada de esto. Lo único que les falta es un techo», explican los miembros de Cáritas que han estado ayudando a la familia.

A través de los medios que se hicieron eco de la información publicada en exclusiva por Levante-EMV sí que han llegado varias propuestas de casas en alquiler fuera de la provincia. Una de ellas ofrecía un piso en Asturias. A La Sexta llegó otra de un pueblo en la provincia de Cuenca, que incluía una oferta de empleo para que la familia pudiese rehacer su vida allí. Posibilidades, en ambos casos, rechazadas por parte de la familia, atendiendo a la máxima que rige ahora la vida de Marta y su pareja: no quieren separar a sus hijos de sus abuelos.

«La gente se acaba olvidando»

No obstante, desde Cáritas también transmiten cierto «temor» a que esta situación desaparezca de la agenda pública con el paso de las jornadas y «la gente se acabe olvidando» de la situación que vive la familia alcireña. «En cinco días, noticias así pasan de moda. Y si tarda mucho en aparecer una solución, volveremos a estar en las mismas que antes de que todo explotase. Estamos rezando ahora mismo», relataban miembros de la rama de Alzira de la organización benéfica.

En caso de que la situación se alargue unos días más, y para que el asunto no muera, Cáritas Alzira realizará otro llamamiento en el mercadillo de la semana que viene. «Y no queremos que les den un alquiler gratis, estamos dispuestos a pagar una mensualidad», señalaron. La organización ha reiterado en varias ocasiones que avalaría el alquiler de la familia.

El ayuntamiento sigue su curso

Mientras tanto, Marina Mir, regidora en funciones de Serveis Socials en el Ayuntamiento de Alzira, insiste en que su concejalía está «muy encima» del caso, «como ya lo estaba desde que llegó a nuestras manos», según insistió subrayando lo que el alcalde en funciones, Diego Gómez, había explicado el día anterior. «En ningún momento hemos dejado a nadie de lado. Sin saltarnos la normativa, estamos tratando el asunto con la mayor urgencia que podemos», explicó la concejal, tras lo que subrayó en que es deber, tanto de la Conselleria d'Habitatge „que cuenta con la titularidad de la mayoría de las viviendas públicas de Alzira, según recordó Mir„ como del consistorio, «ofrecer solución a todas estas situaciones, cada una con sus necesidades específicas», indicó.