Francesc Salom es, desde ayer, alcalde de Carcaixent. El candidato de Compromís empieza su segundo mandato y puede hacerlo gracias al PSPV y Ciudadanos. Mientras se ultima un pacto de gobierno con los socialistas, ambas formaciones optaron por la abstención, por lo que la candidatura más votada retuvo la vara de mando.

El pleno de investidura se saldó con seis votos a favor de la candidatura de Compromís, cuatro para la del Partido Popular y otros cuatro para la de Units per Carcaixent. Siete fueron las abstenciones (cuatro del PSPV y tres de Ciudadanos).

Tras jurar sus cargos y realizar las votaciones, la socialista Sara Diert destacó que empieza un periodo en el que Carcaixent será una ciudad más «violeta y feminista». «Los socialistas nos vamos a dejar la piel por solucionar los problemas de Carcaixent. Queremos un pueblo basado en el diálogo y la participación», añadió.

Por su parte, la líder de Ciudadanos, Mónica Amorós, tras reconocer que su formación había mantenido una negociación a dos bandas y pese a haber facilitado la investidura de Salom (la formación defiende que es más lógico que el gobierno local esté en sintonía con el autonómico), aseguró que su partido permanecerá en la oposición.

Tanto Ana Calatayud (UxC) como Salvador Ferrer (PP) realizaron discursos críticos con la forma en la que se ha fraguado el pacto de investidura. Además, se culparon unos a otros por no haber podido alcanzar lo que se daba por hecho tras el resultado electoral: un pacto mayoritario de la derecha. Pero, «Salom ha sabido tocar las teclas, aunque algunas desafinen», concluyó Ferrer.