El propio ayuntamiento reconoció en un documento enviado al Síndic que la vecina en cuestión «presentó escrito en este ayuntamiento en fecha 11 de Julio de 2018 con registro de entrada E-RC-117-2018 solicitando que por parte del Ayuntamiento se advirtiera al propietario del local sito en Calle Ausiàs March que si no cesaban las molestias se adoptarían por parte de la perjudicada medidas legales». Dicha petición se repitió, según el consistorio, los días 16 y 23 de julio. Asimismo, solicitó una copia de los avisos que el ayuntamiento había enviado al propietario del local.
No obstante, no fue hasta el 10 de agosto cuando el ayuntamiento requirió al dueño que adoptase «las medidas oportunas para cesar con las molestas ocasiones». Trece días después, las molestias seguían y la vecina reiteró sus peticiones y solicitó al ayuntamiento que hiciera cumplir la normativa municipal. Pese a las múltiples quejas, los meses pasaron sin que se solventase el problema.
Por todo ello, el Síndic ha instado al ayuntamiento a que adopte todas las medidas que sean necesarias «para eliminar las molestias acústicas que injustamente está soportando la autora de la queja y su familia, facilitándole una copia de toda la documentación que forma parte del expediente administrativo».
