? El verano de 2019 será recordado en la Ribera por la virulencia alcanzada por la plaga de la mosca negra y la consolidación de los problemas que causa otra de las amenazas que parece haber venido para quedarse: el mosquito tigre. Pero también por la aparición de una tercera plaga, la que afecta a las piscinas públicas y privadas del litoral de la Ribera Baixa. Hoy ya nadie duda de que las sucesivas olas de calor que se experimentan cada vez antes y después de un verano que se hace inacabable propician la eclosion de las larvas y convierten un simple paseo o salir a la calle para tomar el fresco en un ejercicio de riesgo ante las picaduras que se reciben. Solo el tratamiento aéreo sobre el Xúquer se ha declarado efectivo.