De la prematura salida de concejales y equipo de gobierno de Carcaixent fueron testigos alrededor de una veintena de personas, que se habían concentrado ante el edificio consistorial con el objetivo de protestar por los sueldos de regidores delegados y asesores durante la próxima legislatura.
El malestar nacido y alimentado en redes sociales se había intentado trasladar a una protesta en vivo, que no contó con un seguimiento ciudadano destacable. Cuando regidores del ejecutivo fueron saliendo del ayuntamiento, los vecinos concentrados profirieron gritos de «fuera, fuera» y «no hay pan para tanto chorizo».