Las cooperativas no son ajenas a la crisis en que está inmerso el campo en los últimos años. Una progresiva caída de las ventas como consecuencia del abandono de cultivos y la fuerte competencia que existe en el sector ha llevado a las tres cooperativas del Marquesat (Llombai, Catadau y Alfarp) a fusionar sus secciones de suministros en un intento de reducir costes, ser más competitivos y ofrecer un mejor servicio al socio.
Se trata de tres pequeñas cooperativas -agrupan entre todas a un millar de socios- que operan en un mismo ámbito geográfico y tienen un tamaño muy similar. Coarval ha participado en la creación de esta cooperativa de segundo grado, Suministres el Regaixo, que opera desde el pasado mes de julio y ha quedado ubicada en las instalaciones de la cooperativa de Llombai, al considerar que era el almacén que ofrecía mejores condiciones por su tamaño, ubicación y accesibilidad desde los tres municipios. Aunque una posible fusión de las tres entidades no está en este momento sobre la mesa, nadie oculta que el acuerdo adoptado por los consejos rectores puede ser un primer paso en ese camino dada la adversa coyuntura que vive el sector.
Caída de ventas
La fusión de las secciones de suministros permite reducir costes al concentrar en un único almacén una oferta que hasta ahora ofrecía cada cooperativa en sus instalaciones y también busca obtener mejores precios en la adquisición del material al aumentar el volumen de las compras, una baja que también repercute en el precio final del producto que se ofrece al socio. «Básicamente, la fusión se ha realizado por obligación, porque al final la venta era cada vez menor, y la mejor solución para las tres cooperativas era pasar a un único punto de venta para reducir costes», relató el gerente de la cooperativa de Llombai, Joan Micó.
El presidente de la cooperativa de Alfarp, Salvador Cardete, detalló que en la sección de suministros de esta entidad las ventas habían caído durante los últimos cuatro años «a razón de un 15 o un 20 % anual», por lo que las alternativas pasaban por una fusión «por obligación» o por prescindir del servicio. «El campo está bastante mal y con lo que ha pasado este año con la fruta de verano, peor. La gente abandona y bajan las ventas», comentó, mientras apuntaba que no tenía sentido mantener una sección «que cada vez vende menos» y en la que no se podían ofrecer precios competitivos.
La extensión del goteo y, con él, la práctica de las comunidades de regantes de incorporar el abono al sistema de riego también ha reducido el número de potenciales clientes de las secciones de suministros ya que los agricultores han dejado de comprar en la tienda para buscar distribuidores más grandes.
Por su parte, el presidente de la cooperativa de Catadau, Carlos Climent, incidió en que la iniciativa de fusionar la sección de suministros había partido de las tres entidades «dada la situación que tenemos», en una clara alusión a la coyuntura agrícola. «Es cuestión de dar el mejor servicio y al mejor precio posible y, por separado, es casi imposible. Si compras por separado no puedes conseguir mejores precios y si no das un buen precio el agricultor busca otras alternativas», relató.
